Aneurisma cerebral
¿Qué es?
Es una dilatación de la pared de una arteria cerebral y se forma en un punto más débil debido a un defecto congénito.
¿Cuáles son los síntomas?
En el 90% de los casos, se manifiesta con una hemorragia cerebral: la pared del aneurisma es muy fina y puede romperse, dando lugar a una hemorragia subaracnoidea (ESA).
En el 7% de los casos, se manifiesta con la aparición de un déficit neurológico causado por la compresión del aneurisma sobre las estructuras nerviosas.
Por último, en el 3% de los casos, se reconoce por casualidad durante los exámenes realizados por otros motivos.
Para diagnosticar un aneurisma antes de que se manifieste, es necesario realizar una angiografía cerebral, un examen que investiga en detalle los vasos arteriales cerebrales, o una resonancia magnética (menos útil que la primera).
¿Cómo se trata?
Existen dos tipos de tratamiento: quirúrgico y endovascular.
Ambos procedimientos pueden tener riesgos, aunque éstos son secundarios frente al peligro de fracaso del tratamiento.
El tipo de intervención lo determinan conjuntamente neurocirujanos y neurorradiólogos, en función de las características y la localización del aneurisma.
- Tratamiento quirúrgico
Realizada mediante una técnica microquirúrgica, consiste en cerrar la base del aneurisma con clips metálicos especiales.
Las ventajas son varias, como tener un procedimiento codificado, lograr el cierre completo del aneurisma y poder controlar cualquier hemorragia durante el procedimiento.
Los riesgos, por el contrario, son los de la rotura durante la operación del aneurisma antes de excluirlo, lo que provoca una hemorragia que puede implicar maniobras de urgencia como el cierre de una arteria.
- Tratamiento endovascular
El aneurisma se cierra desde el interior introduciendo, mediante una angiografía, filamentos metálicos en el saco del aneurisma, que favorecen la coagulación de la sangre.
El objetivo es impedir la circulación de la sangre dentro del aneurisma.
Las ventajas son las que causan menos traumatismos que la cirugía y que permiten tratar los aneurismas incluso en lugares de difícil acceso quirúrgico.
Sin embargo, el tratamiento endovascular no puede realizarse en todos los aneurismas, sino sólo en los que tienen una forma determinada. Otra desventaja es que no es posible controlar cualquier hemorragia durante el procedimiento y puede causar un cierre involuntario de una arteria cerebral.
La angiografía es un examen indispensable antes de proceder a cualquier tratamiento. La resonancia magnética, la angioresonancia y la angiografía por TC permiten evaluar ciertas características del aneurisma, pero actualmente son exámenes insuficientes para planificar adecuadamente el tratamiento terapéutico.
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