Colitis microscópica
¿Qué es?
La colitis microscópica es una enfermedad inflamatoria del colon caracterizada por una diarrea acuosa crónica. Afecta con mayor frecuencia a pacientes femeninas de mediana edad. La principal característica de esta enfermedad es la ausencia casi total de cambios macroscópicos en el colon durante la evaluación endoscópica. La alteración de la mucosa se produce de forma microscópica, por lo que el diagnóstico definitivo sólo puede realizarse mediante un examen histológico por biopsia. Existen dos formas distintas de colitis microscópica: la colitis linfocítica y la colágena.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma cardinal de la colitis microscópica es la diarrea acuosa crónica sin hemorragia, con un inicio generalmente insidioso, agudo en una minoría de casos. Otros síntomas incluyen urgencia al defecar, incontinencia, descargas nocturnas y dolor abdominal, con una frecuente reducción de la calidad de vida. Raramente pueden aparecer manifestaciones extraintestinales, como artritis o uveítis. Las pruebas de laboratorio suelen ser inespecíficas, con anemia leve, aumento de los índices inflamatorios y presencia de autoanticuerpos en casi la mitad de los pacientes.
- Diarrea acuosa crónica con descargas incluso nocturnas
- Urgencia para defecar
- Incontinencia
- Dolor abdominal
¿Cómo se diagnostica?
El primer objetivo diagnóstico es excluir las causas más frecuentes de la diarrea crónica. Las investigaciones de primera línea incluyen pruebas de enfermedad celíaca, co-cultivos y exámenes parasitológicos, así como recuento sanguíneo, electrolitos y albúmina sérica. La colonoscopia con biopsias del colon derecho e izquierdo es la investigación diagnóstica definitiva. Las dos subformas de la enfermedad pueden distinguirse sobre la base del examen histológico. En los casos en que las anomalías histológicas no cumplen los criterios de diagnóstico de una de las subformas de colitis microscópica, se utiliza el término colitis no especificada.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Para el tratamiento clínico de la diarrea leve, se utilizan fármacos antidiarreicos comunes como la loperamida o la colestiramina, especialmente por la noche para reducir las descargas nocturnas. Estos fármacos se utilizan a menudo en combinación con la budesonida, un fármaco corticosteroide tópico, mostrando unos resultados excelentes. Desgraciadamente, en el 80% de los casos se produce una recaída cuando se interrumpe la terapia. Los corticosteroides sistémicos se administran en pacientes en los que no se puede utilizar la budesonida. Si no hay mejora clínica, se pueden utilizar, aunque raramente, fármacos inmunosupresores como los anticuerpos monoclonales anti-TNF. En caso de falta de respuesta completa al tratamiento médico, la cirugía, incluyendo la ileostomía, la sigmoidostomía o la colectomía, representa la última opción de tratamiento disponible para esta enfermedad.
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