Gastritis crónica
¿Qué es?
Se trata de un estado inflamatorio crónico de la mucosa gástrica que no suele curarse espontáneamente, sino que tiende a persistir en el tiempo. Son muchos los factores que pueden provocarla, como las infecciones (Helicobacter Pylori), los fármacos (AINE) o los fenómenos autoinmunes (gastritis atrófica).
La evolución natural de la enfermedad conduce a una destrucción gradual de las glándulas del estómago con el desarrollo de atrofia de la mucosa (evolución de gastritis superficial crónica a gastritis atrófica crónica) y la aparición de metaplasia intestinal, es decir, sustitución de las células del estómago por células intestinales. La aparición de un subtipo de metaplasia intestinal (tipo III) se considera una lesión precancerosa.
¿Cuáles son los síntomas?
La gastritis crónica, la atrofia glandular y la metaplasia intestinal en la mayoría de los individuos no dan lugar a síntomas específicos, y aunque los estudios científicos han demostrado que el Helicobacter pylori produce daños crónicos en la mucosa gástrica, la relación entre la gastritis y los síntomas del paciente no está demostrada. En general, los síntomas son los de la dispepsia funcional: dolor epigástrico relacionado con las comidas o presente en ayunas, pesadez después de las comidas y digestión difícil, saciedad precoz, meteorismo. Una úlcera gástrica es una posible complicación que siempre se desarrolla en el contexto de una gastritis atrófica, por lo que la sintomatología predominante puede estar relacionada con esta lesión. Sin embargo, en muchos casos no hay síntomas específicos.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico sólo puede hacerse mediante el estudio histológico de la mucosa gástrica, que se realiza sobre biopsias tomadas por vía endoscópica. La esofagogastroduodenoscopia es, por tanto, la exploración necesaria que debe realizarse, tanto para diagnosticar la gastritis como para controlar su evolución en el tiempo.
¿Cómo se trata?
La terapia puede ser sintomática o etiológica. La terapia sintomática consiste en el uso de fármacos procinéticos, antiácidos o antisecretores que protegen la mucosa gástrica; la terapia etiológica consiste en la erradicación de la infección por Helicobacter pylori, lo que determina, además de la desaparición de la propia bacteria, la resolución de la gastritis con la desaparición de las células inflamatorias de la mucosa estomacal, pero no siempre consigue eliminar los síntomas. Sin embargo, la erradicación de la infección parece ser capaz de interrumpir la historia natural de la gastritis en su evolución hacia lesiones precancerosas.
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