Eccema: cómo reconocerlo y tratarlo

"Los eccemas o dermatitis pueden ser de distintos tipos, explica el Dr. Bianchi: 

• dermatitis atópica: afecta a niños de 0 a 10 años y está probablemente vinculada a una predisposición genética a desarrollar alergias con zonas inflamatorias pruriginosas típicamente localizadas en el hueco de las rodillas y los codos. La dermatitis atópica puede mostrar una reducción de los síntomas (picor y piel seca) en el 80% de los casos en la pubertad, pero también puede persistir en la edad adulta con una fase de brotes o enfermedad borrosa o ausente;
• - formas irritativas: se deben, por ejemplo, al lavado excesivo de las manos o al uso de productos químicos o disolventes que pueden hacer que nuestras manos pierdan la llamada película hidrolipídica, que actúa como barrera protectora;
• dermatitis alérgica de contacto: en los pacientes alérgicos, se crean zonas de inflamación cutánea al entrar en contacto con una determinada sustancia".

Por lo tanto, el eccema en sí mismo no es un problema de gran relevancia clínica, pero sí es gravemente limitante para el paciente, ya que el picor excesivo le lleva a tener grandes problemas en el ámbito social, en el trabajo y en la calidad del sueño, por lo que debe tratarse con sumo cuidado.

"Por lo general, para diagnosticar un eccema basta con un examen clínico realizado por el dermatólogo especialista, con una evaluación de la historia clínica del paciente. En caso de revisión adicional más profunda, las investigaciones útiles pueden ser: 

• pruebas de alergia (por ejemplo, pruebas del parche, pruebas de rastreo o pruebas de punción cutánea);
• biopsia cutánea, esta última útil para evaluar la presencia o ausencia de patologías más graves". 

Aunque los eccemas son muy diferentes, casi todos tienen el mismo enfoque terapéutico. Van desde el uso diario de cremas emolientes para reconstituir la película hidrolipídica y la barrera epidérmica, que es nuestra defensa natural contra el eccema, hasta productos tópicos a base de cortisona cuando la crema por sí sola no puede resolver el problema. "Estos productos deben elegirse claramente en función de los problemas y las características del paciente (hay productos con cortisona de baja, media y alta potencia).

Otros tópicos son los inhibidores de la calcineurina (ciclosporina y tacrolimus), que hoy en día se utilizan con mucha frecuencia si fracasa la terapia con cortisona. También existen terapias orales que se utilizan en formas especialmente extensas de eccema, entre ellas la ciclosporina, que consigue excelentes resultados en las formas eccematosas más importantes. 

En el frente de las terapias de la dermatitis atópica, los llamados fármacos biológicos, ya utilizados para la terapia de la psoriasis (inhibidores de la interleucina 4 y de la interleucina 13), han hecho su entrada hace pocos años, y permitirán, en un futuro no muy lejano, un control casi total de la enfermedad.

Otra terapia natural para quienes padecen dermatitis atópica", concluye el Dr. Bianchi, "es la balneo-talasoterapia, es decir, el agua de mar combinada con la exposición al sol, que en la época en que frecuentamos las estaciones balnearias puede controlar muy bien el problema sin recurrir al uso combinado de fármacos".