Conjuntivitis leñosa
¿Qué es?
La conjuntivitis leñosa es una forma rara de conjuntivitis crónica caracterizada por el desarrollo recurrente de lesiones pseudomembranosas de consistencia leñosa, ricas en fibrina y firmemente ancladas a la conjuntiva tarsal. Se describe con mayor frecuencia como el síntoma clínico de la hipoplasminogenemia severa compuesta y heterocigota. Se desconoce la prevalencia en la población general, pero se estima que está entre el 0,13% y el 0,42% en sujetos sanos con hipoplasminogenemia heterocigótica.
Causas y factores de riesgo
En individuos predispuestos, la conjuntivitis leñosa puede ser causada por lesiones locales, infecciones sistémicas o locales y diversos tipos de cirugía ocular.
¿Cuáles son los síntomas?
La enfermedad se caracteriza por la fisuración crónica y el enrojecimiento de la conjuntiva, lo que da lugar a la formación de pseudomembranas ricas en fibrina. Las pseudomembranas se forman principalmente en la conjuntiva tarsal superior, aunque se ha descrito la afectación de la conjuntiva palpebral inferior y la conjuntiva bulbar. Las lesiones evolucionan hacia masas rojas, blancas o blanco-amarillentas, similares a la madera, que sustituyen a la mucosa conjuntival normal. La enfermedad es bilateral en aproximadamente la mitad de los casos y la afectación de la córnea está presente en un tercio de los casos. La conjuntivitis leñosa es el síntoma ocular de una enfermedad sistémica, y suele estar asociada a lesiones en la mucosa de la boca, de la nariz-faringe, del árbol traqueo-bronquial, de los intestinos, de los riñones, del tracto genital femenino y del oído.
¿Cómo se trata?
Las lesiones oculares pueden tratarse mediante terapia tópica: plasminógeno humano para uso tópico, la introducción de plasma fresco congelado para uso tópico, la administración de heparina en combinación con corticosteroides o alfa-cimbotripsina para uso tópico, y la aplicación tópica (o sistémica) de fármacos inmunosupresores (ciclosporina A, azatioprina). Debe evitarse la escisión quirúrgica de las pseudomembranas y cualquier otra manipulación mecánica del ojo. El pronóstico visual no es bueno. La afectación de la córnea puede provocar ceguera cicatricial, vascularización, queratomalacia y perforación.
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