Síndrome del intestino irritable (SII)
¿Qué es?
El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno funcional de la luz digestiva, caracterizado por dolor abdominal crónico y alteraciones en la evacuación. Sólo una pequeña proporción de los pacientes afectados requiere atención médica. Aproximadamente el 40% de las personas que cumplen los criterios de diagnóstico no obtienen un diagnóstico formal. El SII es responsable de un aumento progresivo de los costes de la sanidad pública y es la segunda causa más común de absentismo laboral. También se asocia con frecuencia a otras afecciones, como la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la enfermedad por reflujo gastroesofágico, la dispepsia funcional, el dolor torácico no cardíaco y diversos trastornos psiquiátricos.
Causas y factores de riesgo
El SII se caracteriza por un dolor abdominal crónico, cuya localización y frecuencia es muy variable, y su mejora o empeoramiento suele estar asociado a la evacuación. El estrés emocional y las comidas pueden exacerbar los síntomas. Las alteraciones de las deposiciones pueden manifestarse como diarreicas, estreñidas o ambas, y las evacuaciones son diurnas, no sangrantes y frecuentemente precedidas por una sensación de urgencia o de evacuación incompleta.
- Dolor abdominal
- Estreñimiento y/o diarrea
- Urgencia al defecar
- Tenesmo
- Sensación de evacuación incompleta
¿Cuáles son los síntomas?
El primer paso diagnóstico es excluir cualquier patología orgánica subyacente. Posteriormente, dada la ausencia de marcadores biológicos específicos, el diagnóstico se realiza sobre la base de los síntomas clínicos utilizando los criterios de Roma IV, según los cuales el SII se define como la presencia de dolor abdominal recurrente, presente durante al menos un día a la semana en los últimos tres meses, asociado a dos o más de los criterios siguientes: asociación con la evacuación, un cambio en la frecuencia de la evacuación o la consistencia de las heces. En particular, basándose en el tipo de deposiciones declaradas, es posible identificar cuatro subtipos de SII: diarreico, estreñido, mixto y variante sin clasificar.
- Exclusión de patologías orgánicas
- Criterios de Roma IV
¿Cómo se diagnostica?
La piedra angular de la terapia del SII es una sólida relación médico-paciente y la continuidad de la atención. En los pacientes con síntomas leves e intermitentes que no perjudican la calidad de vida, el enfoque terapéutico inicial consiste en modificar la dieta y el estilo de vida. En particular, se recomienda evitar la lactosa, el gluten y las legumbres, realizar pruebas de alergia, llevar una dieta baja en mono y poliol-polisacáridos fermentables (FODMAP) y aumentar la actividad física. Si no hay mejora clínica, existen numerosos remedios farmacológicos para los distintos subtipos de SII. En la variante con estreñimiento, se pueden tomar fibras solubles (psilio), polietilenglicol o fármacos como lubiprostona, linaclotida, plecanatida y tegaserod. En la variante diarreica, además de los fármacos antidiarreicos clásicos (loperamida, colestiramina), pueden utilizarse alosetrona, antiespasmódicos, antidepresivos tricíclicos a dosis bajas y antibióticos no absorbibles (rifaximina). Todas estas prescripciones farmacológicas deben seleccionarse en función del tipo de paciente afectado y de la respuesta clínica, con una gran personalización terapéutica.
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