Cómo reconocer el hallux valgus y cómo tratarlo

Cómo reconocer el hallux valgus y cómo tratarlo

Fecha de publicación: 11-04-2024

Actualizado en: 11-04-2024

Asunto: Ortopedia

Tiempo estimado de lectura: 1 min

El hallux valgus es una deformidad del primer dedo del pie causada por la desviación hacia dentro del primer hueso metatarsiano, es decir, el que precede a las falanges del dedo gordo. Afecta a todo el mundo, pero especialmente a las mujeres. Junto con el Dr. Alberto Patelli, Jefe de la Unidad Operativa de Ortopedia sección VIII del Instituto Clínico de la Ciudad de Brescia, aprendemos más sobre una condición clínica que causa molestias no sólo desde el punto de vista funcional, sino también estético.

En qué consiste

"El hallux valgus es una desviación lateral de las falanges del dedo gordo de un eje fisiológico. Un ángulo valgo de entre 8° y 10° se considera fisiológico; si es mayor, se convierte en una condición patológica. Esto no significa que haya que operar inmediatamente, pero sí que el dedo gordo está tomando una desviación más allá de los límites que podría causar dolor", explica el Dr. Alberto Patelli.

Cómo se reconoce

Es fácil reconocerlo a simple vista porque el dedo gordo aparece desviado lateralmente, con las 2 falanges dirigiéndose hacia los otros dedos. Pero la señal de alarma, además del dolor, es el enrojecimiento de la prominencia medial de la cabeza del metatarso, la llamada "cebolla" (hinchazón causada por la fricción entre el hueso y las partes blandas cercanas), asociada a una inflamación.

El diagnóstico implica un examen médico completo, evaluando al paciente tanto sentado como de pie, seguido de una radiografía de ambos pies tomada en posición de carga, es decir, con el paciente de pie durante el examen.

A quién afecta

El hallux valgus afecta a casi todo el mundo, incluidos hombres y adolescentes, pero sobre todo a mujeres de entre 45 y 50 años. También existe una familiaridad con respecto a la aparición del hallux valgus.

Las causas

Los tacones altos y los zapatos puntiagudos favorecen la aparición del hallux valgus, pero también existen causas anatómicas como, por ejemplo:

  • primer hueso metatarsiano muy varo (con desviación hacia dentro) desde el punto de vista morfológico;
  • pies muy pronados, es decir, con tendencia a caer hacia dentro. 

Cómo se trata

Depende tanto de la gravedad del hallux valgus como de la posible presencia de otras patologías del pie, como metatarsalgia, dedos en martillo, neuroma de Morton y/o rigidez articular.

Cuando un hallux valgus no es particularmente grave, se puede preconizar un tratamiento no quirúrgico. En los casos leves, la tendencia es conservadora, es decir, evitar la cirugía y optar por dispositivos ortopédicos, espaciadores, calcetines correctores, plantillas ortopédicas, aparatos ortopédicos y zapatos de suela ancha para ralentizar la progresión del hallux valgus.

En los casos más graves, sin embargo, se debe contemplar la cirugía.

Cómo funciona la cirugía 

El recurso a la cirugía para la corrección del hallux valgus no está indicado para todo el mundo: se debe prestar mucha atención a:

  • los pacientes diabéticos;
  • los que padecen artritis reumatoide;
  • los que padecen síndromes metabólicos;
  • personas con sobrepeso;
  • los fumadores empedernidos (debido a las posibles consecuencias postoperatorias de carácter circulatorio). 

La intervención implica: 

  • una estancia de al menos 1 noche (para gestionar el dolor);
  • anestesia, generalmente raquídea, para adormecer el miembro que se va a operar;
  • una operación de unos 35 a 40 minutos de duración. 

Como en todas las operaciones, existen complicaciones postoperatorias como: 

  • infecciones;
  • heridas que no cicatrizan;
  • problemas vasculares (necrosis de la cabeza del metatarso);
  • defectos en la calcificación del hueso que no cicatriza correctamente;
  • síndrome algodistrófico (afección crónica caracterizada por dolores intensos);
  • complicaciones típicas del dedo gordo del pie (a los pocos días de la intervención o con un cierto tiempo), que, todo hay que decirlo, pueden reaparecer incluso después de su corrección quirúrgica, aunque no causen el dolor experimentado antes de la operación.

El regreso a la vida cotidiana

Se podría volver a caminar inmediatamente, pero, por precaución, es preferible prescribir de 7 a 10 días de reposo con actividades reducidas al mínimo, recurriendo a pequeños expedientes útiles en esta fase de curación (pies en alto y hielo).

Una vez realizado el primer vendaje y con el pie en buen estado, es posible volver a caminar con muletas y calzado ortopédico, que se deben utilizar durante 21 y 40 días respectivamente.

El postoperatorio es delicado: de hecho, la articulación del dedo gordo tiende a agarrotarse, lo que provoca otros problemas, para los que debe realizarse un programa específico de fisioterapia.

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