La enfermedad de Lyme y sus síntomas

"La enfermedad de Lyme o borreliosis es una enfermedad multisistémica (afecta a varios órganos y partes del cuerpo), causada por una bacteria: borrelia, una espiroqueta que se transmite al ser humano a través de la picadura de una garrapata infectada", explica el doctor Guanziroli.

"Al tratarse de una patología multisistémica, los síntomas pueden ser muy variados y difieren según el estadio de la enfermedad", continúa la doctora.

Estadio 1: eritema migratorio y linfocitoma borreliano

Desde el punto de vista dermatológico, la fase inicial de la enfermedad puede caracterizarse por:

• eritema migratorio: se produce unos días o unas semanas después de la picadura del parásito. Además de la irritación que puede generarse en el punto exacto de la picadura, se crea a su alrededor una forma de anillo característica con bordes más oscuros y enrojecidos, mientras que la zona interna permanece más clara. Por lo general, se produce un eritema migratorio, pero en los raros casos de picaduras múltiples, puede producirse un verdadero eritema en toda la proximidad del lugar de contacto con la garrapata.
• linfocitoma borrelial: es una lesión pápulo-nodular elevada, asintomática y rojiza que se presenta principalmente:
  • en niños: en la cara y a nivel del lóbulo de la oreja;
  • en adultos: en la areola del pezón y en el escroto.

Estadio 2: difusión sistémica

Si no se trata, la infección puede extenderse por todo el cuerpo con síntomas como:

• fiebre;
• escalofríos;
• dolores musculares (mialgia);
• dolor articular (artralgia);
• dolor de cabeza;
• cansancio y debilidad intensos (astenia);
• ardor y picor causados por la luz y el calor (fotofobia)

Estadio 3: efectos graves

En una etapa aún más avanzada, la infección descuidada y persistente puede generar complicaciones graves como:

• artritis;
• encefalomielitis: patología inflamatoria que afecta al sistema nervioso central (cerebro y médula espinal);
• acrodermatitis crónica atrofiante: una dermatitis que se produce principalmente en los miembros inferiores y que se presenta inicialmente con un eritema violáceo, mal definido y asociado a edema, mientras que en los estados finales también con atrofia de la epidermis y la dermis. La aparición de la acrodermatitis crónica atrofiante se produce meses o años después de la infección;
• neuropatía periférica: daño y mal funcionamiento de las estructuras neurológicas periféricas que conectan las distintas partes del cuerpo con el sistema nervioso central, cuyos síntomas suelen acompañar a la acrodermatitis crónica atrofiante;
• carditis;
• meningitis.

Si nota que le ha picado una garrapata, debe retirar el parásito inmediatamente, antes de que pueda transmitir la spricocheta borrellia u otros posibles patógenos, utilizando unas pinzas y evitando la rotura de la parte inoculada que, al quedar en la piel, podría provocar una infección. Si no puede hacerlo por su cuenta, lo mejor es que se ponga en contacto con su médico.

Un paciente mordido que no presenta síntomas se mantiene en observación y, al cabo de unas semanas, se puede tomar una muestra de sangre para identificar si se ha desarrollado un título de anticuerpos contra la spricocheta borrelia.

El diagnóstico es esencialmente clínico y cuando el paciente presenta lesiones cutáneas compatibles con la enfermedad de Lyme, se puede realizar una biopsia, seguida de un examen cultural u otras pruebas de biología molecular más avanzadas que pueden poner de manifiesto la presencia de la bacteria.

Tras el diagnóstico:

• si la infección sigue localizada en la piel y las articulaciones, la cura está representada por la terapia antibiótica oral a base de doxiciclina. En caso de embarazo, alergias o pacientes menores se puede cambiar el fármaco por, como ejemplo, amoxicilina;
• para las fases más avanzadas con afectación multisistémica (en particular del sistema nervioso central) el tratamiento es siempre antibiótico, generalmente a base de ceftriaxona y administrado por vía intravenosa;
• para las fases más graves de la infección prolongada y no diagnosticada, el enfoque terapéutico varía según el órgano o los órganos afectados y el grado de afectación de los mismos.

Como recuerda la ISS, la garrapata es un parásito incapaz de saltar o volar, pero que se posiciona encima de la vegetación, a la espera del paso del animal o del ser humano al que pueda aferrarse, lo que se identifica por su capacidad de percibir el calor y el dióxido de carbono.

Por lo general, las zonas del cuerpo que pica y en las que se arrastra son:

• miembros inferiores;
• ingle;
• axilas.

En la zona a la que se adhiere permanece durante unos días, en los que se alimenta de sangre. La picadura suele ser indolora, ya que la saliva de la garrapata contiene principios anestésicos y antiinflamatorios que sirven para facilitar la alimentación. Esto explica por qué una vez que el parásito se ha desprendido, no es fácil identificar la enfermedad.

El contacto con las garrapatas se produce principalmente en:

• entornos arbolados: lugares con mucha hierba y vegetación como bosques, praderas, brezales y parques urbanos.
• establos y refugios de animales: las garrapatas no son muy selectivas respecto a quiénes se alimentan, por lo que se adhieren a liebres, ardillas, ciervos, perros, gatos, etc. Por eso, cuando se tienen contactos o se frecuentan lugares donde hay animales que han estado en medio de la vegetación, siempre hay que tener cuidado.

Para prevenir la picadura de garrapata y, en consecuencia, la enfermedad de Lyme, se recomienda:

• en el campo o en lugares arbolados:
  • rocie productos repelentes específicos sobre la piel expuesta;
  • utilice ropa que cubra, para evitar el contacto con la hierba y la maleza (ropa de manga larga, pantalones largos, calcetines y zapatos hasta los tobillos);
  • realice una inspección de todo el cuerpo al final de una actividad en la naturaleza.
• en casa y en lugares frecuentados por animales:
  • revise con frecuencia el pelaje de los animales, especialmente después de un paseo por el parque o en zonas con vegetación, sus perreras y los lugares donde juegan.
  • aplique plaguicidas protectores a los animales, siempre que sea posible, a intervalos periódicos, para que estén siempre protegidos.