Alergia e intolerancia alimentaria, reacciones a los aditivos alimentarios

El diagnóstico se basa en una anamnesis precisa y en la realización de pruebas cutáneas (PRICK), que pueden llevarse a cabo con extractos comerciales o con alimentos frescos (prick by prick). En los casos en los que las pruebas cutáneas no son factibles (presencia de dermatitis, terapia antihistamínica en curso) o dan resultados controvertidos, la confirmación del diagnóstico utiliza pruebas in vitro (ensayo de IgE específica en suero, prueba de activación de basófilos) para reconocer el alérgeno implicado. En ocasiones puede ser necesario, con fines diagnósticos, someter al paciente a dietas específicas y a una posterior prueba de activación con el alimento o aditivo alimentario sospechoso, que se administran bajo estricta supervisión médica.

Durante las reacciones alérgicas agudas por ingestión de alimentos, el control farmacológico se realiza con la administración de antihistamínicos, corticoides y, en los casos más graves de shock anafiláctico o edema de glotis, con la administración prioritaria de adrenalina.

En una etapa posterior, la verdadera cura es el reconocimiento y la exclusión del alimento implicado de la dieta.

Se recomienda que la dieta se defina con el alergólogo, después de una cuidadosa prueba, para no caer erróneamente en dietas demasiado restringidas y potencialmente perjudiciales.