Dermatitis atópica (eczema)
¿Qué es?
Se trata de una enfermedad con predisposición genética, caracterizada por defectos en la síntesis de proteínas (por ejemplo, la filagrina) y ácidos grasos esenciales, que son fundamentales para la integridad de la barrera cutánea, que la defiende del ataque de bacterias, irritantes y alérgenos (por ejemplo, los ácaros).
En general, la dermatitis atópica aparece en el primer año de vida y afecta a un 5% de los niños. Suele mejorar o curarse en la adolescencia, aunque a veces no retrocede del todo. Puede reaparecer en la edad adulta, especialmente en momentos de fuerte estrés. En muchos casos, la dermatitis atópica se asocia a otras enfermedades alérgicas, como la rinitis y el asma bronquial, y la alergia alimentaria.
¿Cuáles son los síntomas?
La piel se enrojece, pica intensamente y tiene un aspecto eczematoso, caracterizado por una considerable sequedad, descamación y engrosamiento.
En los niños, las lesiones suelen localizarse en el cuero cabelludo, las mejillas, los pliegues de la piel (codos y rodillas) y las nalgas.
La dermatitis atópica suele estar asociada a la alergia alimentaria, el asma y la rinitis alérgica (especialmente a los ácaros).
¿Cómo se trata?
La fase aguda se aborda con fármacos locales, principalmente corticoides y pomadas emolientes. Si se demuestra la existencia de una alergia alimentaria, deben evitarse los alimentos desencadenantes.
En los casos en que se documenta una sensibilización a los ácaros o al polen, está indicado el tratamiento con inmunoterapia específica.
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