Ecografía de tiroides

La ecografía tiroidea está indicada cuando se sospecha una patología nodular del tiroides. Esto puede deberse a la presencia de síntomas de compresión en la región del cuello (por ejemplo, trastornos de la deglución, disfonía, disfagia, sensación de "opresión" en el cuello, disnea) o a la aparición de una hinchazón clínicamente evidente o palpable. También está indicado en casos de antecedentes familiares de cáncer de tiroides. En los pacientes con distiroidismo (hipo o hipertiroidismo), se recomienda la ecografía tiroidea porque puede ayudar a definir la causa de la disfunción tiroidea y a evaluar la posible presencia de nódulos asociados. En presencia de nódulos, la ecografía tiroidea puede ayudar a definir su clase de riesgo y proporcionar información útil para que el clínico evalúe la indicación de la aspiración con aguja.

La ecografía tiroidea se realiza de forma ambulatoria, con el paciente tumbado en la camilla en posición supina, con el cuello hiperextendido. Utiliza sondas lineales multifrecuencia, en algunos casos (por ejemplo, bocio con extensión mediastínica) puede ser útil completar el examen con una sonda convexa. La evaluación por color-doppler también está asociada al estudio de la vascularización glandular y de los nódulos tiroideos individuales. La consistencia de los nódulos también puede determinarse estudiándolos mediante elastosonografía.