Depresión: qué es y cómo se trata

La depresión forma parte de los trastornos del estado de ánimo, normalmente el término "depresión" se utiliza para indicar, de forma genérica, cualquier cuadro depresivo. De hecho, según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición), los trastornos depresivos son diferentes entre sí y pueden distinguirse en función de los síntomas o de la etiología (causas).

En la tipología de los trastornos depresivos divididos por síntomas, encontramos:

• trastorno depresivo mayor (o depresión mayor);
• trastorno depresivo persistente (distimia);
• otros trastornos depresivos especificados o no especificados.

En el caso de que los trastornos depresivos se dividan por la causa, nos referimos a:

• trastorno disfórico premenstrual;
• trastorno depresivo asociado a / debido a otra condición física;
• trastorno depresivo iatrogénico, es decir, inducido por sustancias y/o fármacos.

La depresión puede presentarse con una sintomatología bastante heterogénea y con diferentes niveles de gravedad en función del trastorno específico. Los síntomas incluyen:

• bajo estado de ánimo;
• disfunción cognitiva y/o motora;
• agotamiento;
• pérdida de atención;
• ausencia / disminución del interés por las actividades de ocio;
• trastornos del sueño;
• pensamientos suicidas.

"Estos síntomas pueden estar asociados a otros síntomas psicológicos, como ataques de pánico y ansiedad, lo que complica el cuadro clínico del paciente. También es esencial señalar que quienes sufren depresión son más propensos a consumir alcohol y drogas, a menudo en un vano intento de automedicación", explica la profesora Colombo.

"Hasta la fecha, se desconocen las causas específicas de los trastornos depresivos. La mayoría de los expertos creen que la enfermedad tiene un origen multifactorial, en el que el entorno y la herencia genética juegan un papel fundamental", continúa la especialista.

Pueden aparecer a cualquier edad, con mayor frecuencia durante la adolescencia y entre los 20 y 30 años. Existe una prevalencia en la población femenina, pero, incluso en este frente, la razón no se conoce científicamente.

En cuanto a los aspectos diagnósticos, el elemento clave lo representan los síntomas, tanto en términos de gravedad como de duración.

Por ejemplo, para la depresión mayor la condición fundamental es que se presenten al menos 5 síntomas de forma diaria durante 2 semanas consecutivas.

Por otro lado, en el trastorno depresivo persistente deben estar presentes al menos 2 síntomas durante al menos 2 años sin remisión.

Además de los criterios clínicos y la identificación de los síntomas, el diagnóstico puede realizarse mediante pruebas específicas.

"En algunas realidades, como el Centro de Trastornos del Estado de Ánimo del Hospital San Raffaele-Turro, se utilizan técnicas terapéuticas innovadoras de diversos campos, que incluyen:

terapia farmacológica;
terapia de luz (LT);
privación total del sueño (TSD);
TSD y LT en la depresión resistente (unipolar y bipolar);
terapias somáticas (estimulación magnética transcraneal, estimulación transcraneal con corriente continua, terapia electroconvulsiva)", concluye la profesora Colombo.