Infusiones intravenosas de vitaminas: ¿qué es?

Las infusiones intravenosas de vitaminas, también conocidas como vitaminoterapia intravenosa (IVT), son simples goteos de vitaminas altamente concentradas", explica la Dra. Fumagalli, "Administradas por vía sanguínea, tienen dos ventajas:

• llegan más rápidamente a las células;
• pueden ser mejor absorbidos por el organismo que los alimentos y suplementos tomados por vía oral, con mejores resultados".

Existen diferentes tipos de sustancias que se pueden infundir en goteros, en combinaciones personalizadas y dosis específicas en función de las carencias detectadas y/o del objetivo que se quiera alcanzar. Entre ellas, las principales son: 

• vitaminas, en particular las vitaminas C y B;
• minerales (manganeso, magnesio, zinc, sodio, potasio, etc.);
• aminoácidos;
• antioxidantes;
• medicamentos homeopáticos que actúan sobre el metabolismo, el estrés oxidativo, la fatiga crónica y tienen un efecto energizante.

La infusión de vitaminas puede utilizarse en personas que:

• tienen 1 o más carencias de vitaminas/minerales, no pueden seguir una dieta equilibrada o padecen enfermedades que les impiden absorber correctamente las vitaminas. Una de las ventajas de la vitaminoterapia intravenosa es también la de poder administrar determinadas vitaminas a personas que, debido a sensibilidades alimentarias, intolerancias o alergias, no pueden tomarlas correctamente a través de los alimentos;
• no tienen carencias patológicas, pero que debido a un estado de fatiga o estrés desean mejorar su bienestar psicofísico.

Los beneficios de la terapia vitamínica intravenosa pueden ser diversos, incluso dependiendo del cóctel utilizado y de la persona. Entre ellos, los principales son:

• fortalecimiento del sistema inmunitario;
• aumento de los niveles de energía y reducción de la fatiga;
• regeneración y revitalización celular;
• reactivación del metabolismo;
• limpieza del organismo de metales tóxicos y sustancias de desecho;
• mejora de la función intestinal;
• mejora del humor y la concentración;
• fortalecimiento de las uñas y el cabello;
• piel más sana;
• efecto antienvejecimiento;
• reducción de los estados dolorosos y/o inflamatorios;
• reducción del asma, alergias, sinusitis.

Las vitaminas pueden provocar interacciones con otros medicamentos o incluso ser tóxicas para el organismo si se toman en dosis excesivas. Por esta razón, el tratamiento debe ser llevado a cabo por personal médico cualificado que realice todas las evaluaciones clínicas apropiadas antes de la administración.

El tratamiento también debe evaluarse en caso de: 

• tratarse de las mujeres embarazadas o en período de lactancia;
• sufrir ciertas enfermedades, incluidas las renales o cardiovasculares.

El cóctel de vitaminas y nutrientes se administra en bolsas selladas a través de un pequeño tubo y una aguja, como un goteo normal. La infusión suele realizarse en ciclos de unas 10 sesiones de 20 minutos a 1 hora de duración cada una (según la cantidad infundida), durante las cuales el paciente está cómodamente sentado o tumbado en una camilla.

Terapia vitamínica y autohemoinfusión (GAEI)

La terapia con vitaminas puede realizarse sola o, para potenciar su efecto, inmediatamente después de una sesión de autohemoinfusión (GAEI). La GAEI consiste en extraer 100/150 ml de sangre del paciente que, recogida en una bolsa, se mezcla en un sistema de circuito cerrado con una concentración variable de oxígeno/ozono y, a continuación, se reinfunde al paciente.

El oxígeno y el ozono, presentes de forma natural en nuestra atmósfera, transportados por la sangre por todo el cuerpo, mejoran la microcirculación y desempeñan diversas funciones:

• analgésica;
• antiinflamatoria;
• regeneradora y revitalizante;
• energizante;
• descontracturante: al relajar los músculos, también está indicado para los atletas después de una actividad deportiva importante;
• antioxidante;
• desintoxicante;
• fortalecedora;
• lipolítica, es decir, que disuelve la grasa, actuando sobre la celulitis y la adiposidad localizada.