Sol y prevención: consejos para exponerse al sol con seguridad

La exposición al sol es importante para el bienestar psicofísico humano. Con las debidas precauciones y mediante el uso de accesorios adecuados (sombreros, viseras, gafas de sol), la exposición al sol puede llegar a ser segura para nuestra piel.

Por ello, para prevenir el cáncer de piel es aconsejable seguir unas sencillas indicaciones, adaptadas también al grupo de edad y a los antecedentes personales.

De 0 a 18 meses

Es importante evitar la exposición al sol durante los primeros 18 meses de vida -explica el Dr. Paolino-, ya que los niños tan pequeños aún no han desarrollado las defensas necesarias para una fotoexposición adecuada.

Además, los lactantes tienden más fácilmente a aumentar su temperatura corporal, lo que puede causar deshidratación precoz y daños en los órganos, incluida la piel, el órgano más grande del cuerpo humano.

De los 18 meses a la edad adulta

En niños mayores, adolescentes y adultos, la exposición al sol debe ser gradual al principio: desde unos pocos minutos los primeros días, aumentando unos 7 minutos cada día posterior.

Prevención para las personas con antecedentes familiares

Los pacientes con antecedentes personales y familiares de melanoma (con o sin mutaciones genéticas familiares) deben prestar la máxima atención a la exposición al sol: "Se les aplican los mismos consejos que a la población general, con la precaución añadida de controles dermatológicos específicos más restringidos en el tiempo, en función de los antecedentes de cada paciente", precisa el médico.

Por último, los métodos de bronceado artificial (lámparas de bronceado, camas solares, duchas solares) pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollar cánceres de piel, como el melanoma y el carcinoma de células escamosas, por lo que deben evitarse.

Las quemaduras solares repentinas y bruscas son una de las principales causas de daño celular y de desarrollo de cáncer de piel con el paso del tiempo.

"Hay que evitar la exposición al sol en las horas centrales, en la franja horaria comprendida entre las 11.30 y las 16.30 horas, y proteger la piel con el equipo de protección adecuado", indica el experto.

La arena, la nieve, el hielo y el agua reflejan los rayos solares, produciendo el llamado "efecto espejo", por lo que siempre hay que tener cuidado, aplicándose:

• cremas solares fotoprotectoras;
• filtros mecánicos (sombrero, gafas de sol que filtren los rayos UVA y UVB, prestando atención a la etiqueta CE).

Las nubes pueden ser engañosas, haciendo que uno sienta menos calor, pero los rayos ultravioletas siguen pasando, causando daños en la piel. 

Los productos con filtro solar (cremas solares) pueden definirse como barreras químicas que ayudan a reducir la aparición de eritemas y previenen los cánceres de piel melanocíticos y no melanocíticos.

"La crema solar crea una barrera que impide que los rayos UV causen daños en el ADN de las células de la piel -continúa-.

Debe aplicarse diariamente, unos 15 minutos antes de salir de casa, recordando además que el daño solar crónico se produce 12 meses al año, afectando principalmente a zonas fotoexpuestas como: 

• regiones de la cabeza y el cuello;
• dorso de las manos". 

Por lo tanto, también es importante protegerse durante los meses de otoño e invierno.

En cuanto al cuerpo, es importante utilizar una crema solar que debe aplicarse aproximadamente cada 2 horas, con un mínimo de 2 miligramos de crema por centímetro cuadrado de piel.

"La crema debe aplicarse en toda la superficie corporal, mientras que los bastoncillos protectores que se aplican en nevus individuales son completamente inútiles", subraya el médico.

Las cremas solares con supuesta "protección total" son engañosas y no se ajustan a la realidad. Hay que recordar que el papel protector de las cremas solares puede verse reducido por el contacto con el agua y las superficies, por lo que es importante reaplicarlas varias veces durante la exposición al sol".

El factor de protección solar (FPS), que suele figurar en las cremas, debe situarse entre 30 y 50, con variaciones en función del fototipo cutáneo.

El fototipo cutáneo es un método de clasificación dermatológica común para determinar el tipo de piel de una persona, basado en su sensibilidad a la exposición a la luz solar, y viene determinado por la cantidad y calidad de melanina presente en la piel, que le confiere su color característico y único", explica el Dr. Paolino.

La crema fotoprotectora debe elegirse en función del fototipo de piel:

• SPF50+ en el caso de piel muy clara y cabello pelirrojo o rubio (fototipo 1); 
• SPF 50+ a 30+ para pacientes con pelo rubio claro/blanco, ojos claros, tez clara a menudo con pecas o en pacientes con pelo castaño, ojos marrones/claros, tez moderadamente oscura (fototipos 2 y 3 respectivamente);
• SPF30+ para todos los demás fototipos (fototipo 4 caracterizado por pelo castaño oscuro o negro, ojos oscuros, tez aceitunada y fototipos 5 y 6 respectivamente con pelo negro, ojos negros y piel morena/olivácea y pacientes con piel negra, pelo negro y ojos negros).