¿Qué es la diarrea del viajero y cuáles son sus síntomas?

La diarrea del viajero no puede transmitirse del mismo modo que un resfriado, es decir, directamente a través de las partículas emitidas al respirar, sino que se transmite esencialmente al ingerir alimentos o bebidas contaminados con los gérmenes responsables.

Los principales síntomas de la diarrea del viajero son la evacuación de heces líquidas o semilíquidas y una necesidad irrefrenable de evacuar de 3 a 5 veces o más al día. Otros síntomas concomitantes a las evacuaciones: 

• náuseas;
• cólicos abdominales y distensión abdominal;
• vómitos;
• fiebre;
• malestar;
• deshidratación;
• mala absorción de los alimentos. 

En casos especiales, también puede producirse confusión mental/desorientación espacial/temporal en quienes han padecido diarrea del viajero durante días.

La duración de la diarrea del viajero es variable: desde un mínimo de 2 días hasta un máximo de 7-10 días. En algunos casos, sin embargo, puede prolongarse.

El agua es uno de los principales responsables de este trastorno intestinal que puede convertirse en enfermedad si no se trata adecuadamente. En algunos territorios, el agua utilizada para preparar alimentos y bebidas se contamina no pocas veces con micropartículas de heces o aguas residuales de alcantarillas o granjas de animales, que contienen Escherichia coli, una bacteria presente en las heces humanas o animales que puede causar diarrea del viajero, u otros agentes patógenos (virus y protozoos). 

La diarrea del viajero es una enfermedad que afecta indistintamente al intestino de hombres y mujeres, pero con mayor frecuencia son las personas más frágiles las que la padecen: ancianos, niños, personas con enfermedades previas (por ejemplo, pacientes diabéticos, pacientes que padecen enfermedad inflamatoria intestinal, pacientes inmunodeprimidos o que toman antiácidos, etc.).

Entre los destinos turísticos que más exponen el intestino del viajero occidental a episodios diarreicos se encuentran los destinos exóticos y los países en vías de desarrollo. La razón es la siguiente:

• escasez de agua potable;
• hábitos diferentes: diferencias de comportamiento en materia de higiene y manipulación de alimentos;
• escasa prevención por parte del viajero "hágalo usted mismo" o inexperto: escasa o nula adherencia a los consejos de viaje ofrecidos por los Servicios de Medicina del Viajero de instituciones públicas o privadas acreditadas, agencias de viajes y operadores turísticos especializados en viajes a países no pertenecientes a la UE.

En general, no se necesitan fármacos para tratar la diarrea, que se resuelve por sí sola en un par de días. Si no cesa, el tratamiento depende de los síntomas y de la duración de los episodios diarreicos.

"El tratamiento básico es la hidratación a pequeños sorbos, porque con la diarrea se pierden muchos líquidos; puede ser útil complementar la hidratación con sales minerales y agua de origen cierto y controlado", explica el médico especialista en medicina del viajero.

En los adultos, en los dos primeros días es útil combinar la hidratación con la toma de medicamentos sintomáticos (preparados farmacéuticos para tratar los síntomas, ed.) para:

• reducir el número de altas (antidiarreicos a base de loperamida)
• compensar las pérdidas de electrolitos, especialmente de potasio, que se producen cuando la diarrea es profusa.

En caso de que los fármacos sintomáticos por sí solos no conduzcan a una reducción de las descargas, siempre en adultos es útil a partir del tercer día combinar un antibiótico, como levofloxacina o azitromicina, bajo supervisión médica".

8 consejos para prevenirla

Para reducir el riesgo de contraer la diarrea del viajero hay que prestar especial atención a lo que se come y bebe, así como a ciertas normas de comportamiento. He aquí los principales aliados de la salud y consejos útiles para prevenir la diarrea:

1. Lávese las manos con frecuencia, sobre todo antes de tocar alimentos y bebidas; séqueselas con los dispensadores de aire de los aseos o al aire en lugar de utilizar las toallas de papel o tela que pueden estar a disposición de los huéspedes y ser de uso mixto. Después de lavarse las manos, higienícelas con soluciones hidroalcohólicas antes de tocarse la boca, la nariz, los ojos y los alimentos.
2. Sólo beba agua y otras bebidas si proceden de botellas selladas o, en el caso del agua, si ha sido hervida y, por tanto, esterilizada.
3. No consuma hielo: cuando pida bebidas, pídalas sin hielo (por prevención, no es necesario quitar el hielo, porque entonces ya se ha producido la contaminación cruzada). Los polos y granizados, sorbetes y helados sólo pueden consumirse si son de producción industrial y se compran en envases sin abrir (no se sirven sueltos).
4. No coma fruta con piel y lávela sólo con agua esterilizada (hervida a 100°) o de botellas de agua cerradas, después de haberse limpiado y desinfectado las manos.
5. No coma verduras y carne crudas: en lugar de ensaladas y embutidos o quesos, prefiera verduras, carne y pescado bien cocidos al vapor, a la plancha o fritos.
6. Prefiera los alimentos cocinados y muy calientes a los servidos a temperatura ambiente: el calor ayuda a prevenir la proliferación de parásitos, virus y bacterias nocivas que pueden estar presentes en los alimentos o en los alimentos y platos expuestos al aire (a menudo sin ninguna barrera protectora).
7. Evite la comida callejera o elija comida callejera frita. Especialmente si la fritura tiene lugar en el momento de comprar el alimento, las altas temperaturas del aceite ofrecerán mayores garantías de salubridad que si el alimento se precocina y se recalienta o se sirve tibio/frío.
8. Prepare un botiquín con medicamentos antidiarreicos y contra las náuseas, así como suplementos minerales.