Cáncer de endometrio
¿Qué es?
El cáncer de endometrio es una neoplasia que surge del cuerpo uterino a nivel de las células endometriales. Es la enfermedad neoplásica ginecológica más frecuente en Europa.
Los tumores de endometrio se dividen en tumores de tipo 1 y de tipo 2.
El cáncer de tipo 1 (endometrioide) es el más frecuente, generalmente sensible a los estrógenos. Los factores de riesgo para este tipo de tumor son: menarquía precoz, menopausia tardía, policistosis ovárica, nuliparidad, obesidad. Generalmente es un tumor bien diferenciado con mejor pronóstico que el tipo 2.
Los tumores de tipo 2 son generalmente de alto grado, no sensibles a las hormonas e incluyen formas serosas, de células claras e indiferenciadas.
¿Cuáles son los síntomas?
El cuadro clínico suele caracterizarse por la aparición de hemorragias atípicas, es decir, sangrados vaginales profusos (una señal de alarma sobre todo en la edad postmenopáusica) y dolores pélvicos, estos últimos más tardíos.
- hemorragia durante la menopausia
- sangrado vaginal irregular
- dolor pélvico
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de cáncer de endometrio se sospecha siempre en caso de hemorragia menopáusica o de carácter hemorrágico en la premenopausia. La sospecha puede investigarse más a fondo realizando una ecografía ginecológica que muestre un engrosamiento patológico del endometrio. El diagnóstico de certeza se basa en la realización de una biopsia endometrial con examen histológico. Las investigaciones más profundas incluyen diagnósticos moleculares e investigaciones genéticas para buscar mutaciones específicas.
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¿Cómo se trata?
Los estadios tempranos pueden tratarse quirúrgicamente, prefiriendo el enfoque laparoscópico mínimamente invasivo al laparotómico invasivo, siempre que sea posible. La técnica de detección del ganglio centinela con verde de indocianina puede considerarse en los casos de invasión del miometrio y evita la linfadenectomía pélvica y lumbar-aórtica, necesaria para una correcta estadificación.
Cuando la radicalidad quirúrgica es posible, los estadios III y IV se tratan quirúrgicamente; en los casos en que la cirugía no es posible, se indica la quimioterapia.
En presencia de factores de riesgo o de un estadio avanzado de la enfermedad, es necesario un tratamiento de radioterapia y/o quimioterapia como complemento de la cirugía.
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