Dispepsia (Indigestión)
¿Qué es?
Del griego dys-pepsia (mala digestión), alude a una sensación difícil de categorizar y definir que se caracteriza por un conjunto de síntomas episódicos o persistentes de dolor o malestar referibles a trastornos de la región abdominal superior en ausencia de una enfermedad orgánica, metabólica o psiquiátrica que los justifique.
Dada la inespecificidad de la sintomatología, se cree que hay muchas causas implicadas en su aparición, como la alteración de la secreción de ácido gástrico, el estrés, los factores psicológicos, la alteración de la percepción visceral y la alteración de la motilidad gastrointestinal. También existen dudas sobre el papel del Helicobacter pylori, ya que su prevalencia en Italia es de aproximadamente el 30-50%; estos pacientes suelen presentar dispepsia funcional y aproximadamente la mitad de ellos muestran una mejora de los síntomas tras la erradicación de la bacteria. Se ha planteado la hipótesis de que la bacteria puede desempeñar un papel en la dispepsia, pero los estudios realizados hasta la fecha no han sido unánimes en demostrar la regresión o la desaparición de los síntomas tras la erradicación de la bacteria.
¿Cuáles son los síntomas?
Trastorno no es doloroso: sensación de malestar mal definida que no alcanza intensidad dolorosa, pesadez postprandial, saciedad precoz, náuseas, vómitos, hinchazón, halitosis
Conviene recordar que estos síntomas son inespecíficos, es decir, que pueden ser atribuibles a muchas enfermedades gastroenterológicas, pero también a enfermedades de otras regiones, por lo que es imprescindible acudir al médico para saber si se trata de dolencias menores o si merecen una investigación más profunda o una consulta especializada.
¿Cómo se diagnostica?
La esofagogastroduodenoscopia es el examen de primera elección en caso de dispepsia: por un lado, permite detectar o excluir la presencia de enfermedades orgánicas subyacentes a los síntomas (por ejemplo, úlcera, cáncer) y, por otro, determinar el grado de gastritis crónica que pueda existir y la presencia de infección por Helicobacter pylori, mediante la toma de biopsias de la mucosa gástrica). Como alternativa, especialmente en pacientes jóvenes sin síntomas de alerta (por ejemplo, pérdida de peso, anemia, dificultad para comer), se prefiere la estrategia de "probar y tratar", utilizando, al menos inicialmente, pruebas no invasivas, como una prueba de aliento o la detección de antígeno Hp en las heces. En pacientes con síntomas indicativos de retraso en el vaciado gástrico (digestión larga, pesadez postprandial y distensión abdominal), puede ser útil el estudio del vaciado gástrico con radioisótopos.
¿Cómo se trata?
Una vez descartadas las causas orgánicas, metabólicas o psiquiátricas, el tratamiento es exclusivamente médico. No todos los pacientes dispépticos se benefician del mismo tratamiento, por lo que existen varias clases de fármacos: procinéticos, antiácidos, inhibidores de la secreción ácida, psicotrópicos.
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