Depresión en los ancianos: causas, síntomas y tratamientos

Depresión en los ancianos: causas, síntomas y tratamientos

Fecha de publicación: 24-01-2023

Actualizado en: 28-04-2023

Asunto: Salud mental

Tiempo estimado de lectura: 1 min

Dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, dolores musculares, miedos, inseguridades, hipocondría, aumento de la frecuencia de irritabilidad, rechazo de la comida y autoaislamiento: ¡no es sólo tristeza! La depresión mayor en los ancianos es una patología grave que debe abordarse rápidamente con las terapias más adecuadas.

Con la Profesora Cristina Colombo, Jefa del Centro de Trastornos del Estado de Ánimo del Hospital San Raffaele-Turro y Profesora Titular de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Vita-Salute San Raffaele, descubrimos cómo tratar esta enfermedad, que afecta cada año a cerca del 27% de las mujeres y al 20% de los hombres mayores de 65 años.

¿Qué es la depresión en las personas mayores y por qué es difícil de reconocer?

Se trata de un trastorno del estado de ánimo que puede convertirse en una afección incapacitante si no se trata a tiempo, pero que a menudo a la propia persona le cuesta reconocer. 

"El anciano deprimido suele quejarse de síntomas físicos (somatizaciones del estado psíquico o empeoramiento de enfermedades físicas conocidas) y dificultades cognitivas: minimiza la tristeza que siente, pensando que es 'normal' a partir de cierta edad, o por vergüenza a experimentar este sentimiento quizás después de toda una vida de gratificaciones (cuando trabajaba y no era 'un simple jubilado', etc.)", explica la profesora Cristina Colombo.

Síntomas y señales de alarma de la depresión en los ancianos

"Los síntomas más evidentes de la depresión mayor en los ancianos son los trastornos digestivos y del apetito. Otros síntomas frecuentes son: 

  • insomnio;
  • cansancio;
  • dolores;
  • problemas de atención y memoria;
  • ansiedad;
  • tendencia a aislarse. 

Una fuerte señal de alarma es la ideación suicida: este síntoma es más difícil de investigar y requiere un alto nivel de confianza entre el médico y el paciente ".

Posibles factores desencadenantes

La depresión tiene un origen incierto y las causas varían de una persona a otra. A menudo la causa es multifactorial. Vamos a ver con el psiquiatra cuáles son los posibles desencadenantes.

"Desde el punto de vista bio-psico-social, la familiaridad es importante: durante el primer examen psiquiátrico es útil comunicar previamente al especialista, así como al médico tratante, si en la familia del paciente ha habido otros familiares directos (abuelos, padres, etc.) con diagnóstico de depresión u otras patologías en el ámbito de los trastornos del estado de ánimo en el pasado.

Entre las posibles causas de la depresión en los ancianos figuran los acontecimientos estresantes y las enfermedades crónicas. Entre las causas de esta patología también se encuentran los cambios que se suelen experimentar a partir de los 65 años, es decir, de la vejez, como jubilación, preocupaciones económicas, duelos en la familia, pérdida de autonomía, problemas de memoria y otros acontecimientos. 

Estos acontecimientos vitales tienen un efecto desestabilizador en la salud mental y física del paciente", explica la profesora Colombo.

Diagnóstico: el papel de los familiares y del médico de cabecera en la identificación de esta patología

"El paciente evita ser examinado por vergüenza o busca continuamente una causa 'física' y acude tarde al psiquiatra. Normalmente, las mujeres se sienten culpables por estar enfermas y los hombres sienten vergüenza y, por tanto, tienen grandes dificultades para buscar ayuda por miedo al juicio de los demás.

Hay que escuchar con empatía al paciente y recordar que la salud mental es tan importante como la física, incluso en la vejez".

Diagnóstico clínico por parte del psiquiatra

"La primera herramienta diagnóstica es la historia clínica, familiar y general del paciente, que se recoge durante la entrevista de la primera exploración psiquiátrica.

Tras la exploración para afinar el diagnóstico, el especialista puede prescribir una resonancia magnética (RM) o una TAC del cerebro. Estos exámenes diagnósticos investigarán los cambios fisiológicos relacionados con la edad o los signos de atrofia o microvasculopatía, que son frecuentes en la depresión de inicio senil (a partir de los 65 años o incluso antes, a partir de los 50).

Las pruebas neuropsicológicas investigan las funciones cognitivas actuales y pueden repetirse a lo largo del tiempo en forma de seguimiento".

Aceptación del diagnóstico y tratamiento

"La comunicación entre médico y paciente en la aceptación del diagnóstico y la adherencia a la terapia (cumplimiento, ed.) tanto por parte de los pacientes como de sus familiares y cuidadores es crucial", explica el psiquiatra.

"Las personas mayores suelen pensar que son demasiado mayores para cuidar de sí mismas, que son "débiles": esto corre el riesgo de cronificar sus síntomas, con repercusiones negativas sobre su salud y su autonomía. Por eso, durante el examen psiquiátrico debemos transmitir diagnóstico, tratamiento y pronóstico con el debido optimismo.

Se necesitan algunas semanas de terapia para ver los efectos y luego debe continuarse como mantenimiento: el paciente y los cuidadores deben ser conscientes de estos tiempos de tratamiento, a fin de garantizar el cumplimiento regular y las visitas de seguimiento".

¿Cómo se trata la depresión en los ancianos?

Existen diversas estrategias y terapias para el tratamiento de esta patología que afecta cada vez a más mayores de 65 años. Las más innovadoras ya están disponibles en el Hospital San Raffaele Turro: van desde la terapia farmacológica y psicoterapéutica hasta innovadoras técnicas de estimulación transcraneal para algunos casos específicos. Los discutimos con la especialista

Atención psiquiátrica: entre farmacología, cronoterapia y estimulación transcraneal

"Preferimos los fármacos antidepresivos con menos interacciones farmacológicas (los inhibidores de la recaptación de serotonina son la primera elección): los ancianos suelen tomar muchos fármacos para varias enfermedades concomitantes. Gracias a estas terapias, se puede alcanzar una tasa de recuperación del 50%-85%, aunque los fármacos por sí solos no siempre son suficientes para restablecer el equilibrio psicofísico del paciente anciano deprimido.

En algunos casos concretos, proponemos cronoterapias como, por ejemplo, la luminoterapia: estas técnicas actúan sobre el reloj biológico del ser humano reseteando los sistemas implicados en los síntomas depresivos.

Como alternativa, proponemos técnicas somáticas como, por ejemplo, la Estimulación Magnética Transcraneal o la Estimulación Transcraneal por Corriente Directa: técnicas que 'despiertan' zonas cerebrales dormidas para mejorar la respuesta del paciente a la medicación", ilustra el psiquiatra.

"En los casos graves o muy resistentes, la terapia electroconvulsiva se tolera bien y da buenos resultados (60-80%). En nuestro hospital contamos con un equipo dedicado a esta terapia que sigue al paciente deprimido durante todo el curso de evaluación y tratamiento".

Atención psicoterapéutica

"A menudo, en las personas mayores, los patrones cognitivos y relacionales son más difíciles de cambiar, pero se puede proponer apoyo psicológico para afrontar mejor la enfermedad y los acontecimientos de la vida, sobre todo en los casos leves o cuando está contraindicada la medicación, tal vez acompañado de ejercicios de entrenamiento neurocognitivo (por ejemplo, recordar la lista de la compra, hacer crucigramas u otros juegos de ingenio, leer libros con muchos personajes, etc.)."

Dieta y estilo de vida

"La pérdida de apetito y de peso o los desórdenes alimentarios afectan al organismo, creando un círculo vicioso: una dieta equilibrada puede ayudar a recuperar la energía y favorecer el estado de ánimo.

El movimiento beneficia el estado físico, los síntomas depresivos y la autoestima. Además, animamos al paciente a reanudar la sociabilidad y los intereses que ayudan a mantener entrenadas las facultades cognitivas", explica la Dra. Colombo.

Depresión frente a demencia senil: ¿qué las une y qué las diferencia?

"En la depresión de las personas mayores, los contornos entre las fases de enfermedad y bienestar, típicas de la depresión mayor, son más difusos, con riesgo de estados depresivos crónicos 'menores' pero incapacitantes", explica la profesora Colombo.

En la demencia senil se produce un deterioro cognitivo progresivo, con alteraciones variables del estado de ánimo.

"Además, se influyen mutuamente: la depresión es un factor de riesgo de demencia y en los ancianos con demencia es más frecuente observar también depresión.

Por estas razones, es importante que el paciente, o más frecuentemente el familiar conviviente y/o el cuidador profesional (por ejemplo, la enfermera), capten los primeros signos de cambios de humor y pidan consejo al médico de familia y después al especialista en psiquiatría, si el deterioro del humor y otros síntomas persisten durante más de dos semanas".

Depresión y ansiedad en las personas mayores: ¿qué las une y qué las distingue?

"La comorbilidad de la depresión y la ansiedad es muy alta en general, incluso en los ancianos. A menudo, en los ancianos, la depresión es ansiosa, con miedos, inseguridades, hipocondría, pero también puede ocurrir lo contrario: si el paciente desarrolla una ansiedad duradera, puede desarrollar una depresión secundaria al agotamiento de sus recursos internos, por lo que es importante tratarla precozmente", concluye la experta.

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