Nutrición y longevidad: su mutua influencia

"El papel de la nutrición en la prevención es fundamental", afirma el Dr. Caccialanza. "La bibliografía mundial a nivel de estudios epidemiológicos demuestra que, siguiendo pautas alimentarias saludables en línea con la recomendación de la dieta mediterránea, se puede reducir la incidencia de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y oncológicas, que son las principales causas de muerte.

Algunos estudios británicos han demostrado que existe incluso una ventaja de supervivencia de unos 10 años, aproximadamente, entre hombres y mujeres. Se trata de datos sólidos que demuestran que una dieta sana es de vital importancia para reducir la mortalidad y mantenerse sano. Todo esto sería posible siguiendo unas sencillas normas de comportamiento.

Sin embargo, el nuestro es un sistema obesogénico: la tasa de obesidad infantil no deja de aumentar y el consumo de alimentos procesados y de comida rápida repletos de productos químicos, conservantes y grasas no deja de crecer. Esto también se traduce en mayores tasas de incidencia de cáncer en la población juvenil".

Una dieta correcta se basa en un consumo adecuado de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas de origen animal, y en limitar los azúcares simples, las bebidas azucaradas y el alcohol.

Como explica el experto: "Una nutrición adecuada permite al organismo:

• mantener una mejor configuración inmunológica, ya que la correlación entre la dieta, el estado nutricional y el sistema inmunológico es muy fuerte, lo que permite una configuración inflamatoria contenida a nivel molecular. Esta última, en exceso y desequilibrada, constituye un problema y se asocia a un empeoramiento y disfunción de los sistemas regulador e inmunitario. Por lo tanto, existe una mayor susceptibilidad al cáncer y a las enfermedades cardiovasculares;
• mantener el desarrollo del componente muscular y una reducción del exceso de grasa visceral/adiposidad, que se asocia a un aumento de la situación inflamatoria y, en consecuencia, a un mayor riesgo de enfermedades vasculares o metabólicas".

Qué se entiende por una nutrición adecuada

Una dieta correcta consiste en una alimentación equilibrada y variada. "Más que evitar alimentos como la carne y el pescado", especifica el especialista, "hay que apostar por: 

• calidad;
• frecuencia de consumo.

Todo ello respetando la socialidad, la tradición y el placer de comer. El modelo ganador se basa en una combinación constante de nutrición adecuada con actividad física, ya que el control del peso, el primer indicador, está asociado a 2 factores: 

• lo que se consume en términos de proteínas, calorías y nutrientes con la dieta;
• lo que se consume con la actividad física".

En las últimas décadas, sin embargo, se ha producido una tendencia al alza en el consumo de calorías de unas 250 Kcal diarias más (¡cada 7 días comemos un día más!) y una sociedad cada vez más sedentaria, empezando por los niños y los más jóvenes, cada vez más adictos a los smartphones.

Desgraciadamente, hasta la fecha, este tema sigue siendo poco conocido y poco investigado, y debería fomentarse la difusión de una cultura de educación nutricional precoz ya desde las primeras clases de primaria. Se presta poca atención al tema, que, por el contrario, debería profundizarse a todos los niveles. Cada vez hay más trabajos sedentarios y menos tiempo libre que provocan un aumento del problema". 

"En la región de Lombardía se ha creado la TARSIN, una mesa técnica sobre salud nutricional y prevención", concluye Caccialanza, "y por primera vez en muchos años se ha iniciado un diálogo con el componente clínico.

De hecho, han surgido varias iniciativas, como la reevaluación de las directrices sobre restauración hospitalaria, que sugieren que la parte nutricional está adquiriendo cada vez más importancia y relevancia, y las perspectivas parecen mejores que en el pasado. De hecho, ha surgido una mayor sensibilidad en la parte oncológica, donde se evaluarán las primeras directrices en este campo para la parte de nutrición".

El Hospital San Raffaele siempre ha sido líder en el campo de la prevención y, hace un año, puso en marcha Genos, un nuevo Centro de Medicina Personalizada y Preventiva: "Un proyecto ambicioso, que pretende convertir al individuo en protagonista activo de su propia salud, partiendo de un conocimiento del propio estilo de vida en el que se basa un programa de educación sanitaria", afirma la Dra. Federica Invernizzi, coordinadora del equipo de internistas del Centro.

Dentro de este itinerario, se otorga un papel fundamental al aspecto nutricional: partiendo de un cuestionario validado, se calcula el grado de adherencia a la dieta mediterránea y se proporcionan a los usuarios las herramientas para poder seguir un estilo nutricional correcto con el objetivo de prevenir muchos problemas como el sobrepeso, la obesidad, la resistencia a la insulina, la hipercolesterolemia.

El Hospital San Raffaele dispone de una consulta externa de nutrición dedicada a la prevención para las personas interesadas en aprender más sobre el tema o para aquellas que se consideran de "alto riesgo" de padecer problemas relacionados con un estilo de alimentación incorrecto.

Además de esta clínica ambulatoria, el Área de Nutrición Clínica ofrece varias clínicas ambulatorias de asesoramiento dietético-nutricional divididas en áreas de especialización, como por ejemplo:

• el ambulatorio dedicado al área metabólica (obesidad, sobrepeso, diabetes, hígado graso);
• el ambulatorio dedicado al área alergológica (personas con alergias o intolerancias alimentarias);
• el ambulatorio del área oncológica con subdivisión por distritos anatómicos (mama/gastroentérica/torácica, etc.). 

Además, el objetivo de San Raffaele es ofrecer un enfoque multidisciplinar, para que el paciente se sienta valorado en su totalidad, gracias a vías que siguen directrices científicas internacionales, en las que los médicos dirigen al paciente al ambulatorio adecuado para elaborar un plan de tratamiento personalizado.