Alergia al polen: ¿cómo combatirla?
Fecha de publicación: 10-05-2024
Actualizado en: 15-05-2024
Asunto: Alergia, Inmunología, Reumatología y Enfermedades Raras
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Viktoryia LuhakovaCereales, abedul, ciprés y parietaria. Estas son las plantas que más polen liberan al aire durante los meses de primavera, provocando reacciones alérgicas que pueden llegar a ser muy graves.
Un problema que afecta no sólo a quienes viven en zonas rurales, sino también en la ciudad. No es casualidad que varias administraciones municipales estén rediseñando los espacios verdes. Pero, ¿cómo saber a qué planta somos alérgicos? ¿Cómo puede aliviar sus molestias? ¿Y puede ser útil la inmunoterapia, también conocida como vacunas? Hablamos con la Dra. Stefania Milani, especialista en alergología e inmunología clínica, jefa del servicio de alergias del Policlínico San Marco y de la Clínica Smart.
¿Qué son las alergias?
“Por alergia solemos entender una reacción anormal del sistema inmunitario a sustancias normalmente inocuas presentes en el medio ambiente, denominadas alérgenos. En las personas alérgicas, el contacto con estas sustancias provoca una reacción violenta con liberación de grandes cantidades de histamina, responsable de las reacciones inflamatorias y alérgicas, y en consecuencia también de grandes cantidades de inmunoglobulina E (IgE).
Esto provoca una inflamación con síntomas que afectan a diversos órganos y sistemas, como los pulmones, la piel, los ojos y la nariz", explica la Dra. Milani.
Alergia al polen
Además de los ácaros del polvo, el epitelio animal y diversos alimentos y medicamentos, el polen es uno de los alérgenos más comunes:
“Es un alérgeno definido como “estacional” porque tiene características de difusión diferentes en función del periodo de floración de la planta, así como de las zonas geográficas. En Italia, por ejemplo, en primavera aumenta el número de plantas con flores, en particular árboles como gramíneas, abedules, cipreses y parietarias, que emiten al aire grandes cantidades de polen diverso. Cuando es este tipo concreto de alérgeno el que provoca una reacción alérgica, podemos hablar de alergia al polen o polinosis”.
Síntomas de la alergia al polen
“Los síntomas pueden variar en función de la cantidad de polen a la que haya estado expuesta una persona y del modo de contacto, como inhalación, ingestión o contacto con la piel o las mucosas (nariz, ojos, vías respiratorias).
El contacto con las vías respiratorias superiores y los ojos puede provocar una reacción alérgica:
- rinitis,
- estornudos continuos,
- congestión nasal,
- conjuntivitis con ojos rojos y llorosos,
- hipersensibilidad a la luz.
Las lesiones cutáneas pueden presentarse en forma de:
- dermatitis,
- urticaria con picor intenso.
Si se ven afectadas las vías respiratorias inferiores, se pueden presentar los efectos siguientes:
- asma, con aparición de broncoespasmos,
- disnea (falta de aire),
- sensación de opresión en el pecho,
- tos con despertares frecuentes por la noche debido a los síntomas incluso durante el sueño", explica la especialista.
Pruebas de alergia al polen
Para entender si es alérgico y, en particular, al polen, primero debe visitar a un alergólogo. A continuación, el alergólogo le indicará qué pruebas diagnósticas se deben realizar:
- análisis de sangre para comprobar la cantidad de inmunoglobulina E (IgE) presente en la sangre;
- pruebas cutáneas, más conocidas como pruebas alergométricas, de las cuales la prueba de Prik es la más común.
¿Cómo tratar la alergia al polen?
La terapia más eficaz es la que evalúa un especialista después de:
- comprender a qué planta es alérgico;
- evaluar la gravedad de sus síntomas.
La primera medida que hay que tomar para limitar el riesgo de reacciones alérgicas es limitar al máximo la exposición al alérgeno.
Por ejemplo, en el caso concreto del polen, puede ser útil consultar un calendario de polinización para ver en qué periodo florece la planta a la que es alérgico. Entonces puede tomar algunas precauciones diarias para ayudar a reducir su exposición al polen, como mantener las ventanas casi siempre cerradas durante ese periodo concreto.
Tratamiento
Para el alivio sintomático durante la fase aguda de la alergia, el especialista podrá valorar si es necesario indicar una terapia farmacológica de aplicación tópica, como:
- colirios,
- sprays nasales,
- dispositivos para el asma.
Antihistamínicos
“La clase de fármacos utilizados también incluye los antihistamínicos, que reducen la liberación de histamina en el torrente sanguíneo y alivian la mayoría de los síntomas, sobre todo el picor, los estornudos o el lagrimeo, pero desgraciadamente no tienen poder antiinflamatorio y, por tanto, no son curativos. A diferencia de la terapia tópica. El efecto secundario típico de la antigua generación de antihistamínicos orales, es decir, la somnolencia, es muy limitado en la actualidad. En caso de que dicha terapia no produzca los resultados deseados y para la cobertura a largo plazo de las reacciones alérgicas, una alternativa es el uso de inmunoterapia específica, la llamada vacuna", aclara la Dra. Stefania Milani.
Vacuna antialérgica: inmunoterapia específica
“La inmunoterapia específica tiene beneficios:
- alivia los síntomas
- combate las causas de las alergias.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud la reconoce como el único tratamiento que puede “conducir a la curación de la alergia y cambiar la calidad de vida del paciente”.
¿Cómo funciona?
Se basa en inyectar a la persona alérgica pequeñas cantidades de extractos del alérgeno causante de la reacción alérgica, con el fin de inducir al sistema inmunitario a tolerar el propio alérgeno. Está especialmente indicada para las personas que padecen:
- alergias respiratorias al polen, ácaros, mohos;
- alergias a las telarañas como abejas, avispas, avispones.
La inmunoterapia se administra de dos formas:
- por vía sublingual: el alérgeno se deja bajo la lengua durante unos minutos. Esta forma suele tolerarse bien y el paciente puede autoadministrársela en casa;
- por vía subcutánea: el alérgeno puede ser administrado por vía subcutánea por un alergólogo en un hospital en dosis crecientes hasta alcanzar la dosis terapéutica máxima.
Con ambos métodos de administración, la duración del ciclo terapéutico varía de 3 a 5 años, según el alérgeno de que se trate.
“En el caso concreto de la alergia al polen, para que la inmunoterapia sea bien tolerada sin la aparición de efectos secundarios, es necesario iniciarla antes de la época de floración de la planta a la que uno es alérgico. Esta terapia rara vez causa efectos secundarios y se trata de reacciones locales leves como picor o hinchazón en el lugar de la inyección u hormigueo ocasional en la boca e hinchazón en la zona del hioides cuando se toma por vía sublingual”, concluye la especialista.