Rinoplastia
¿Qué es?
La rinoplastia es una operación extremadamente compleja y delicada que requiere gran experiencia y cuidado.
¿Cuándo está indicado este procedimiento?
Esta operación está indicada en los casos en que el paciente y el cirujano comparten la oportunidad de corregir un defecto estético de la nariz; las imperfecciones suelen ir acompañadas de defectos funcionales respiratorios que también merecen una solución quirúrgica en la misma operación.
¿Cómo se realiza?
La intervención quirúrgica, realizada bajo anestesia general, tiene dos enfoques posibles, que se eligen en función del caso clínico y a criterio del cirujano: - la técnica "cerrada" implica la realización de todas las incisiones en el interior de la nariz; - la técnica "abierta" utiliza una pequeña incisión en la parte oculta de la columela nasal (la región que divide las dos fosas nasales); en contra de lo que se podría imaginar, la técnica abierta es un enfoque más moderno y fiable de la rinoplastia.
Se remodela toda la estructura osteo-cartilaginosa de la nariz y se corrigen los defectos del dorso (joroba, colgajo, nariz ancha, nariz torcida), de la punta (punta globular, hipo o hiperrotada, hipo o hiperproyectada), de la raíz de la nariz y de los orificios nasales, dando a la nariz un aspecto armonioso, natural y agradable. Es incorrecto pensar que la nariz se puede corregir con la mera eliminación de una giba o un pequeño retoque de la punta, ya que el resultado estético final deriva de la armonía de los distintos elementos que componen la pirámide nasal. Por lo tanto, la corrección de uno solo de estos elementos pondría de manifiesto imperfecciones hasta entonces poco visibles. La operación también implica la corrección simultánea de cualquier defecto funcional como la desviación del tabique, la hipertrofía de los cornetes inferiores y medios y la inflamación de los senos paranasales.
Recuperación
El procedimiento no es doloroso. El paciente es dado de alta a la mañana siguiente de la operación, con un tiempo total de hospitalización de 24 horas, con un vendaje que incluye tiritas nasales y una cinta de resina termomodelada colocada para proteger la pirámide nasal. No se utilizan hisopos nasales, lo que hacía que el postoperatorio fuera especialmente desagradable y doloroso en el pasado. Se colocan láminas finas de silicona entre el tabique y los cornetes, que impiden la formación de adherencias cicatriciales anormales tras la operación. Se recomienda una convalecencia en casa de 8-10 días para reducir el riesgo de hemorragia postoperatoria. El paciente operado necesita apósitos ambulatorios dos veces por semana, que son útiles para el control de la cicatrización y la aspiración de las secreciones endonasales. En el décimo día del postoperatorio, se retiran los parches nasales, la cinta craneal y las placas parasenales antisinecológicas.
Complicaciones a corto plazo
- complicaciones hemorrágicas: relacionadas con la hemorragia difusa de la mucosa; muy raras en la técnica actual.
- complicaciones infecciosas locales: celulitis (infección del tejido celular suelto subcutáneo), absceso (acumulación localizada de pus), periostitis (infección del tejido de revestimiento del hueso), granuloma (formación de tejido de granulación de naturaleza inflamatoria) a partir de un cuerpo extraño; también son muy raras.
- complicaciones traumáticas: por osteotomías (incisiones óseas) inadecuadas (lesiones del seno maxilar o frontal, lesiones de la arteria y vena angular, lesiones del ligamento cantal interno, lesiones del aparato de drenaje lagrimal, lesiones intracraneales);
- complicaciones funcionales: anosmia (pérdida del sentido del olfato), hiposmia (disminución del sentido del olfato), hipogeusia (disminución del sentido del gusto), ageusia (pérdida del gusto), obstrucción respiratoria nasal, rinitis vasomotora, parestesias (alteración de la sensibilidad) del labio superior.
Complicaciones de larga duración
Si el diseño y las expectativas del paciente son realistas, el resultado suele ser muy satisfactorio. Los resultados estéticamente inadecuados pueden estar relacionados con trastornos de la cicatrización o con condiciones anatómicas de partida excesivamente complejas. Estas complicaciones en el resultado pueden referirse al dorso, con una indentación excesiva o una giba residual, a la simetría de la nariz (que incluso en las mejores caras no está perfectamente alineada), a la forma de la punta, que es el componente nasal más difícil de remodelar.
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