Tendinitis del pie: causas, síntomas y tratamiento

Como explica el Dr. Giovanni Bonaspetti, jefe de la sección de Ortopedia y Traumatología II del Instituto Clínico Santa Ana, existen diferentes tipos de tendinopatías:

• Tendinopatía del Aquiles, una de las más frecuentes;
• Tendinitis tibial anterior, la de los tendones flexores y extensores de los dedos;
• Tendinopatía tibial posterior.

Tendinopatía tibial posterior

"La tendinopatía tibial posterior es una tendinopatía estrechamente vinculada al dismorfismo del pie (modificaciones anatómicas permanentes). De hecho, si se descuida, puede conducir a la rotura del tibial posterior, lo que no es raro, y a un colapso de la bóveda plantar. El pie se vuelve plano y tiende a la pronación, una rotación fisiológica del pie hacia dentro. Un acontecimiento dramático desde el punto de vista mecánico que también obliga a abandonar cualquier actividad física", explica el traumatólogo.

El Dr. Bonaspetti continúa: "El origen de las tendinopatías suele remontarse a:

• sobrecarga funcional del tendón debido a un proceso fisiológico de desgaste;
• un esfuerzo excesivo y repetido (como ocurre en los deportistas);
• algunas deformidades en la estructura del pie que pueden socavar la mecánica de uno o varios tendones.

Menos frecuentes, aunque posibles, son los casos de tendinopatías del pie originadas por:

• traumatismos o microtraumatismos;
• enfermedades metabólicas (por ejemplo, la diabetes, que provoca una alteración de la microcirculación que afecta a la vascularidad del tendón, poniendo en riesgo su salud)
• patologías sistémicas;
• tendinitis calcificada, que socava gravemente la elasticidad de los tendones".

Los síntomas más comunes de los distintos tipos de tendinopatías del pie, que difieren principalmente por su diferente localización, son el dolor y la inflamación.

"Son enfermedades que pueden manifestarse en reposo y empeorar durante la activación del tendón inflamado. El diagnóstico diferencial, que identifica entre las enfermedades que tienen un complejo sintomático parcialmente común los signos que son específicos de una determinada patología, no debe hacerse entre un tendón y otro, sino entre una patología tendinosa y otra no tendinosa", aclara el especialista.

Las mejores soluciones para mantener la inflamación bajo control son:

• aplicar hielo;
• descansar;
• tomar antiinflamatorios.

"En los casos más frecuentes, una vez descartada una posible lesión tendinosa para la que suele ser necesaria la cirugía, se recomiendan sesiones de fisioterapia para aprovechar tanto los beneficios de las terapias instrumentales como la utilidad de algunos ejercicios específicos destinados a restablecer el equilibrio de la biomecánica articular", añade el doctor Bonaspetti.

Para prevenir tendinitis del pie, es muy útil:

• elegir cuidadosamente el calzado;
• limitar los movimientos repetidos y agotadores;
• practicar un buen calentamiento antes de iniciar cualquier actividad física.

Además, una dieta equilibrada y la posible ingesta de suplementos específicos ayudan a prevenir cualquier recaída y a preservar la salud de los tendones. Una tendinopatía no tratada adecuadamente o descuidada con el tiempo puede evolucionar hacia un trastorno más grave, la tendinosis, una enfermedad degenerativa crónica del tejido tendinoso.

La tendinopatía tibial anterior es una forma de tendinitis que afecta incluso a los más jóvenes. El Dr. Bonaspetti advierte:

"Abrochar los cordones de sus zapatos con demasiada fuerza puede favorecer la inflamación del tendón tibial anterior que, al no fluir libremente, puede comprimirse hasta el punto de provocar inflamación y dolor".