Diabetes en embarazo
¿Qué es?
La diabetes en embarazo comprende dos formas pregestacionales: la diabetes de tipo 1 o insulinodependiente, que suele ser de origen autoinmune y afecta a un número reducido de pacientes (0,1-0,5% de los embarazos), y la diabetes de tipo 2 o insulinorresistente, que suele tratarse con fármacos hipoglucemiantes y que ha ido en aumento en los últimos años, en parte por su asociación con la obesidad y la mala alimentación. Además, la diabetes gestacional puede desarrollarse durante el embarazo (prevalencia del 2 al 8%, con estimaciones que llegan al 18% de los embarazos), es decir, una intolerancia a la glucemia que se diagnostica por primera vez durante el embarazo, normalmente al final del segundo o al principio del tercer trimestre. Esta forma suele resolverse con el parto, pero en las mujeres que han recibido tratamiento con insulina, especialmente si son obesas, el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 al cabo de unos años es elevado, sobre todo si hay antecedentes familiares. Algunas formas de diabetes diagnosticadas como gestacionales son en realidad diabetes de tipo 2 no diagnosticadas antes del embarazo.
¿Cuáles son los síntomas?
La diabetes de tipo 1 y la de tipo 2 ya se conocen antes del embarazo, la diabetes gestacional suele diagnosticarse mediante exámenes; sin embargo, a veces puede sospecharse si la paciente tiene un aumento de peso excesivo o si el crecimiento del feto está en los límites superiores de lo normal.
¿Cómo se diagnostica?
Los pacientes con diabetes de tipo 1 ya están siendo seguidos por su diabetólogo en lo que respecta a la terapia de insulina y deben tener como objetivo unos niveles de glucemia lo más cercanos posible a los normales (95 mg/dl en ayunas y 120/130 mg/dl 2 horas después de una comida) con una hemoglobina glucosilada del 6,5-7%. Los pacientes con diabetes de tipo 2 suelen tomar fármacos hipoglucemiantes que deben ser sustituidos por insulina antes del embarazo o, como muy tarde, al dar positivo. El diagnóstico de diabetes gestacional se realiza mediante una curva de carga con 75 g de glucosa si uno o varios de los valores superan el límite basal de 92 mg/dl, 180 mg/dl después de una hora y 153 mg/dl después de dos horas. Se recomienda que todas las embarazadas a las 24/28 semanas realicen la curva de carga independientemente de la presencia de factores de riesgo: en el caso de los factores de riesgo (obesidad, DG o macrosoma previo, antecedentes familiares de diabetes) se aconseja realizar la curva a las 16 semanas y, en caso de ser negativa, repetirla posteriormente. La diabetes no diagnosticada previamente puede ocurrir a veces cuando se encuentran valores repetidos de glucemia basal ≥ 126 mg/dl en cualquier momento del embarazo.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Las pacientes con diabetes son seguidas en una consulta externa multiespecialista llamada Diabetes y Embarazo, donde existe la presencia simultánea de un ginecólogo experto en patología del embarazo y un diabetólogo. La terapia para la diabetes tipo 1 y tipo 2 es la insulina, ya sea en forma de terapia subcutánea convencional o en forma de bomba, con el objetivo de lograr una compensación glucémica óptima que permita un crecimiento fetal regular. El control glucémico intensivo se realizará a través de la glucemia capilar posiblemente asociada a un sensor subcutáneo. Todas las posibles complicaciones de la diabetes (hipertensión, hipo/hipertiroidismo, retinopatía, nefropatía, enfermedad celíaca) deben ser tratadas con terapias que favorezcan el embarazo. La diabetes gestacional, en cambio, se trata estableciendo una dieta adecuada, basada en el fraccionamiento de las comidas, y un control intensivo de la glucemia capilar. Sin embargo, aproximadamente el 20-30% de las diabéticas gestacionales necesitan una terapia de multiinyección de insulina para mantener los niveles de azúcar en sangre deseados y el crecimiento normal del feto.
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