Enfermedades autoinmunes durante el embarazo
¿Qué es?
Las enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, conectivitis, vasculitis, S. Sjogren, síndromes de anticuerpos antifosfolípidos, pero también tiroiditis y enfermedad inflamatoria intestinal, son patrimonio de las mujeres jóvenes que requieren una cuidadosa vigilancia durante el embarazo, especialmente si la concepción se produjo cuando la enfermedad estaba en fase activa. Para estas pacientes debe realizarse un asesoramiento preconcepcional adecuado. Sin embargo, hay pacientes que descubren que tienen una de estas enfermedades junto con un acontecimiento obstétrico adverso (aborto espontáneo, parto prematuro, muerte fetal intrauterina, hipodesarrollo fetal, preeclampsia, etc.) y que requieren una evaluación y un tratamiento adecuado antes de un nuevo embarazo.
¿Cuáles son los síntomas?
El cuadro clínico varía según la patología subyacente y los órganos afectados por los distintos anticuerpos: puede haber fiebre, artralgias, erupciones cutáneas, fotosensibilidad, síntomas neurológicos, cardíacos, renales, etc., y los exámenes hematológicos pueden revelar anemia hemolítica, neutropenia, plaquetopenia. Sin embargo, a menudo los síntomas son borrosos y sólo una evaluación clínica combinada con exámenes apropiados permitirá establecer un diagnóstico y una terapia, particularmente después de un evento obstétrico adverso o un episodio trombótico.
¿Cómo se diagnostica?
Las pacientes con una enfermedad autoinmune conocida suelen ser objeto de seguimiento en un centro de reumatología, que tendrá establecidos los exámenes y el tratamiento. Durante el embarazo, sólo se harán unas investigaciones necesarias para el propio embarazo. Por otra parte, si se sospecha de una de estas enfermedades cerca del embarazo o durante el mismo, deben realizarse exámenes hematoquímicos específicos para poner de manifiesto la presencia de anticuerpos, el estado inflamatorio y la actividad de la enfermedad, la función renal, el estado hematológico y coagulatorio, y el funcionamiento de determinadas glándulas endocrinas, como la glándula tiroides. Si se sospecha que hay daños en los órganos, se debe investigar el sistema renal, el sistema pulmonar, el sistema nervioso central, el sistema esquelético, la tiroides, el intestino y los vasos sanguíneos grandes y pequeños. En ciertas ocasiones, será necesario realizar biopsias (por ejemplo, de riñón o de piel) para confirmar el cuadro. Evidentemente, algunos exámenes no pueden realizarse durante el embarazo, por lo que sería más apropiado un examen preconcepcional.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Las pacientes con enfermedades autoinmunes conocidas o sospechadas que desean quedarse embarazadas o que ya lo están son seguidas en la consulta externa de Patología del Embarazo, donde un ginecólogo y un inmunólogo están presentes al mismo tiempo. Cada vez son más las pacientes con enfermedades autoinmunes que consiguen llevar a término un embarazo, gracias a la utilización, tanto en la fase preconcepcional como durante el embarazo, de nuevos fármacos, como los llamados biológicos (inhibidores del TNFa) o los que ya son un poco antiguos, pero que sólo recientemente se han considerado seguros para la madre y el feto (por ejemplo, azatrioprina, hidroxicloroquina). Además, la aspirina a dosis bajas y la heparina de bajo peso molecular se utilizan cada vez más en las formas inflamatorias o asociadas a los anticuerpos antifosfolípidos, como en la trombosis relacionada con los anticuerpos antifosfolípidos, el poliparto o los acontecimientos obstétricos adversos. Habrá que vigilar estrechamente el curso del embarazo para detectar posibles complicaciones, que, aunque disminuyen, se presentan en un porcentaje mayor que en las pacientes sin enfermedad autoinmune, como el hipodesarrollo fetal, la preeclampsia, la hipertensión, el parto prematuro: se evaluarán con exámenes, ecografías y visitas cronometradas.
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