Espina bífida abierta
¿Qué es?
La espina bífida abierta es un defecto congénito que se da en menos de 1/1000 fetos. Está causada por el cierre incompleto de una o más vértebras con el fracaso del cierre del canal neural con la exposición de la médula espinal y las meninges. El defecto puede afectar a unos pocos centímetros o a una gran parte de la columna vertebral. Esta patología conlleva discapacidades motoras y funcionales como la pérdida de movilidad de los miembros inferiores, la dificultad para controlar los esfínteres y otras complicaciones neurológicas. La diabetes mellitus y los fármacos antiepilépticos son factores comunes de riesgo. El riesgo de anomalías cromosómicas (principalmente la trisomía 18) y de trastornos de un solo gen es bastante raro en las formas aisladas.
¿Cuáles son los síntomas?
Las pacientes embarazadas con anomalías fetales no suelen referir síntomas específicos. El cuadro clínico se detecta en la ecografía prenatal. Los síntomas fetales y neonatales incluyen anomalías del sistema nervioso central como ventriculomegalia o hidrocefalia, macrocefalia y pérdida de la función motora en las extremidades inferiores.
- ventriculomegalia/hidrocefalia
- desplazamiento caudal del tronco cerebral y obliteración de la cisterna magna (malformación de Arnold Chiari II)
- festoneado del hueso frontal (signo del limón)
- anomalías de la fosa posterior
- curvatura de los hemisferios cerebelosos (signo del plátano)
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de todas las malformaciones fetales se basa en la evaluación ecográfica del feto. El diagnóstico de la espina bífida abierta puede ser difícil en el primer trimestre, período en el que puede sospecharse por las medidas anormales de los espacios de la fosa posterior (el diámetro del tronco cerebral está aumentado, la distancia entre el tronco cerebral y el hueso occipital está disminuida y la relación entre el tronco cerebral y el BSOB es >1,0). En el segundo trimestre, el diagnóstico puede realizarse con precisión en la mayoría de los casos debido al festoneado del hueso frontal (signo del limón), y a la obliteración de la cisterna magna con un cerebelo indetectable o una curvatura anterior anormal de los hemisferios cerebelosos (signo del plátano). En prácticamente todos los casos de espina bífida abierta existe un grado variable de ampliación de los ventrículos al nacer, y en aproximadamente el 70% de los casos a mediados del trimestre. La vía de diagnóstico incluye una ecografía detallada con neurosonografía, una exploración cardíaca fetal para excluir defectos cardíacos asociados, una amniocentesis para excluir afecciones cromosómicas o genéticas asociadas y una resonancia magnética fetal para describir todos los detalles sutiles de la neuroanatomía.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Se discute si la espina bífida fetal abierta diagnosticada prenatalmente requiere o no un parto con cesárea para evitar la infección del defecto con posterior infección del sistema nervioso central (meningitis o encefalitis). El tratamiento clásico se realiza en el momento del nacimiento con la reparación del defecto neural para restablecer la neuroanatomía (cierre de las capas del defecto: tejido neural, tejido miofacial y piel). El cierre in utero de la espina bífida (cirugía fetal), reduce la necesidad de colocar una derivación postnatal para tratar la hidrocefalia, mejora la función motora y puede mejorar la función urológica en comparación con el tratamiento quirúrgico neonatal.
Procedimientos sugeridos
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