Micosis
¿Qué es?
Las micosis cutáneas son infecciones sostenidas por hongos patógenos que se desarrollan en la piel; más concretamente, estas infecciones suelen afectar a las capas queratinizadas de la epidermis y a los anejos cutáneos (uñas, pelo y cabello). Los hongos responsables de la aparición de micosis cutáneas se definen como dermatofitos y pertenecen básicamente a tres géneros diferentes: Microsporum, Epidermophyton y Trichophyton.
Son muchos los factores que pueden favorecer a la aparición de estas micosis. Entre ellos, mencionamos:
- una disminución de la eficacia del sistema inmunitario
- el uso de antibióticos que pueden destruir la flora bacteriana de nuestro organismo favoreciendo a la aparición de infecciones fúngicas
- la diabetes, ya que los niveles elevados de azúcar en sangre pueden favorecer a la proliferación de ciertos tipos de hongos que se encuentran en diferentes zonas del cuerpo y que normalmente no son patógenos, pero que pueden llegar a serlo cuando proliferan en exceso.
Por último, una mala higiene personal también puede contribuir al desarrollo de hongos en la piel.
¿Cuáles son los síntomas?
La sintomatología de las infecciones cutáneas por hongos varía en función de la localización (superficie de la piel, pelo, uñas, etc.), mientras que la virulencia del microorganismo y la predisposición del huésped determinan la gravedad.
Normalmente, los hongos cutáneos causan manchas en la piel de color blanco o rojizo, asintomáticas o con un ligero picor, con un borde escamoso y ligeramente elevado.
En algunas infecciones fúngicas, las lesiones son blanquecinas al principio y luego tienden a oscurecerse con el tiempo.
La mayor parte de las veces, la inflamación es escasa o nula, pero en ocasiones, cuando la inflamación es más grave, provoca daños en las estructuras implicadas, manifestándose como una enfermedad vesicular o bullosa repentina (normalmente, en los pies) o como una gran lesión blanda del cuero cabelludo que da lugar a zonas de alopecia (querion).
Otros síntomas asociados a la presencia de hongos en la piel son la sensación de quemazón, aparición repentina de vesículas y fisuras (especialmente en los pies), engrosamiento de las uñas y descamación del cuero cabelludo similar a la caspa.
- Picazón
- Quemado
- Formación de escamas
¿Cómo se diagnostica?
En el momento del examen dermatológico, las infecciones fúngicas de la piel presentan un cuadro clínico bastante típico, que permite el diagnóstico en pocos minutos.
En los casos en que persisten las dudas, el dermatólogo puede tomar material biológico (escamas, pelos o fragmentos de uñas), mediante escarificación o hisopos, del lugar de la micosis, y luego observarlo al microscopio o someterlo a una prueba.
Para el diagnóstico diferencial, el médico también puede utilizar la lámpara de Wood, que es capaz de detectar una fluorescencia típica (por ejemplo, el amarillo dorado de Malassezia, el verdoso de los dermatofitos, etc.) y excluir estas infecciones de las dermatosis no causadas por micetos.
Una vez identificado el tipo de hongo cutáneo responsable de los síntomas clínicos (mediante un examen de cultivo), el médico puede prescribir una terapia específica.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Al tratarse de infecciones producidas por hongos patógenos, los fármacos utilizados para el tratamiento de las micosis cutáneas son los antifúngicos. Por lo general, para el tratamiento de este tipo de micosis se prefiere el uso de antifúngicos tópicos. Sin embargo, en caso de que la terapia tópica no sea eficaz, el médico puede decidir recurrir a la administración de antifúngicos sistémicos. Miconazol, clotrimazol, econazol y ketoconazol son los productos tópicos que se prescriben con más frecuencia; en cambio, itraconazol, fluconazol, terbinafina y griseofulvina se utilizan por vía oral. Hay que recordar que, para favorecer a la curación, una higiene personal adecuada -así como la higiene de la ropa y el calzado- son factores fundamentales.
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