Síndrome de Lynch
¿Qué es?
El síndrome de Lynch, antes conocido como cáncer colorrectal hereditario sin poliposis (HNPCC), es un síndrome hereditario autosómico dominante con una penetrancia de media a alta. Puede causar una variedad de cánceres, más frecuentemente de colorrectal, útero, estómago e intestino delgado. También puede predisponer al cáncer de páncreas, vías urinarias (riñones, uréteres, vejiga), vías biliares, mama, ovario, próstata y cerebro. Estas neoplasias suelen tener un inicio juvenil. Afecta a una de cada 270 personas, lo que la convierte en la causa principal de cáncer colorrectal hereditario. Es responsable del 3-5% de todos los cánceres colorrectales. El síndrome de Lynch está causado por una variante patogénica de la línea germinal (mutación) en uno de estos genes: MLH1, MSH2, MSH6, PMS2 o EPCAM. Estos genes se denominan colectivamente "genes de reparación de desajustes" (MMR). Cuando muta, el ADN acumula mutaciones que dan lugar al cáncer.
¿Cuáles son los síntomas?
El síndrome de Lynch predispone al desarrollo de diversos tumores. El riesgo varía en función del gen, la edad y el órgano.
Refiriéndose a MLH1, por ejemplo, el riesgo de desarrollar los siguientes cánceres es:
- Colon-recto: el riesgo aumenta del 10% a los 35 años, al 40% a los 50, al 50% a los 55 y al 70% a los 70.
- Útero: del 2% a los 40 años al 48% a los 75 años.
- Ovario: 11%
- Próstata: 14%.
- Vías urinarias: 4-5%.
- Estómago: 10-20%.
¿Cómo se diagnostica?
La prueba genética es la principal para el diagnóstico y se lleva a cabo mediante la toma de una muestra de sangre. Se extrae el ADN de la sangre, que luego se secuencia para identificar la presencia de cualquier mutación en los genes asociados al síndrome de Lynch.
La secuenciación es una técnica de biología molecular que permite identificar la presencia de una variante patógena mediante dos técnicas llamadas Next Generation Sequencing (NGS) y Multiplex ligation-dependent probe amplification (MLPA).
En la sospecha de síndrome de Lynch, el análisis se centra en cinco genes principales, denominados MLH1, MSH2, MSH6, PMS2 y EPCAM. Si uno (o más) de estos genes está mutado, se diagnostica el síndrome de Lynch.
El síndrome de Lynch es una enfermedad no diagnosticada. Se estima que hasta el 90% de los pacientes con síndrome de Lynch no son diagnosticados.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
El primer paso para el tratamiento es diagnosticarlo a tiempo. La indicación de las pruebas genéticas se basa en los antecedentes oncológicos del paciente y/o sus familiares. Para ello se utilizan criterios clínicos, criterios histológicos y/o algoritmos.
- Criterios clínicos: criterios de Amsterdam, Bethesta y Kastrinos.
- Criterios histológicos: inmunohistoquímica para proteínas de reparación de parches erróneos, inestabilidad de microsatélites, BRAF
- Algoritmos: PREMM5
En los individuos con síndrome de Lynch, las estrategias preventivas se dirigen a identificar las lesiones preneoplásicas en una fase temprana. El tratamiento oportuno de los mismos evitará el desarrollo de una neoplasia avanzada. Por lo tanto, la prevención consiste en la vigilancia periódica de las zonas corporales con riesgo de desarrollar neoplasias, especialmente el tracto gastrointestinal y el uterino. La vigilancia de las demás zonas se evalúa caso por caso en función del cuadro clínico y/o de los antecedentes familiares de malignidad en esa zona. En la era de la medicina de precisión, el síndrome de Lynch requiere una evaluación cuidadosa y personalizada, casi a medida. La complejidad de la biología de la enfermedad se integra con los antecedentes personales y familiares para determinar las modalidades y el momento más adecuado para la vigilancia oncológica de cada individuo.
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