Prueba de la mesa basculante

Permite identificar causas no reconocidas de síncopes mediante las investigaciones diagnósticas tradicionales (electroencefalograma, tomografía cerebral, electrocardiograma Holter, ecocardiograma), como los síncopes vasovagales, que a menudo se clasifican erróneamente como síncopes de dudoso origen epiléptico, especialmente en pacientes jóvenes.

Últimamente, la prueba de la mesa basculante también se ha utilizado para diagnosticar diversas formas sintomáticas de hipotensión ortostática y algunas formas de disautonomía.

Se realiza comprobando los valores de la presión arterial y realizando un electrocardiograma en una mesa basculante en posición casi horizontal con una ligera inclinación de la cabeza y los pies (clinoestatismo) y luego en posición horizontal (ortostatismo pasivo) con una inclinación de la cama de 60°.

Se registra continuamente la presión arterial y se controla la frecuencia cardíaca. Si al cabo de 30 minutos de registro el paciente no manifiesta el síncope, se administra por vía sublingual trinitrina, un fármaco que evoca una respuesta similar al mecanismo implicado durante el síncope vasovagal. Hay una respuesta positiva a la prueba si hay una reducción rápida de los valores de la presión arterial asociada, precedida o seguida de una reducción significativa de la frecuencia cardíaca.

Al devolver rápidamente al paciente a una posición clinostática, se consigue una resolución repentina del síncope.

En función de los resultados, se impone una terapia con ayudas farmacológicas o dietéticas y conductuales.