Criopreservación de tejidos ováricos para la conservación de la fertilidad
¿Qué es?
En la actualidad, la principal indicación para la criopreservación de tejido ovárico es el diagnóstico de una patología tumoral que requiera un tratamiento que pueda provocar una alteración de la fertilidad (cirugía, quimioterapia o radioterapia). El número creciente de diagnósticos de cáncer en la fase inicial de la enfermedad y la mejora del pronóstico han hecho que aumente el número de pacientes con cáncer que son candidatos a las técnicas de preservación de la fertilidad.
¿Cuándo está indicado este procedimiento?
Cada día en Italia se diagnostican al menos 30 nuevos casos de cáncer en la población menor de 40 años. Los tipos de cáncer más frecuentes en este subgrupo de pacientes son el cáncer de mama, el cáncer de tiroides, el melanoma, el cáncer colorrectal y el cáncer de cuello de útero en el grupo de edad joven-adulta, y el linfoma y el sarcoma en el grupo de edad pediátrico-adolescente. Estas pacientes tienen acceso a la criopreservación de tejido ovárico. Las pacientes con afecciones benignas como quistes ováricos recurrentes, torsión ovárica, enfermedades endocrinas o autoinmunes también pueden ser candidatas a este procedimiento.
La endometriosis es una enfermedad crónica recidivante, que puede requerir múltiples intervenciones quirúrgicas a lo largo de la vida. Las pacientes que se someten a un tratamiento quirúrgico de quistes de endometriosis únicos o bilaterales son informadas del riesgo potencial de fallo ovárico prematuro (estimado en un 2% en las mujeres con enfermedad de ambos ovarios). Incluso en estas pacientes se puede realizar la técnica para preservar la fertilidad y la función endocrina.
¿Cómo se realiza?
La criopreservación del tejido ovárico ofrece la ventaja de no requerir la estimulación hormonal ni la presencia de una pareja.
La técnica quirúrgica consiste en recoger un fragmento de tejido cortical ovárico, de aproximadamente 1 cm de tamaño, durante la intervención laparoscópica, para luego congelarlo y almacenarlo en nuestro biobanco de tejidos a lo largo del tiempo. No se han descrito límites para la duración del almacenamiento.
A petición de la mujer, los fragmentos se descongelan y se trasplantan, mediante cirugía laparoscópica, en su lugar original (trasplante ortotópico) a nivel del hoyuelo ovárico o del ovario residual, lo que permite la recuperación de la función ovárica y, en algunos casos, la posibilidad de una concepción espontánea o, más frecuentemente, tras una estimulación ovárica, recurriendo así a las técnicas de fertilización asistida. El grupo del profesor Donnez en Bruselas informó en 2004 del primer bebé nacido de un trasplante autólogo de tejido ovárico congelado, y actualmente hay 130 bebés nacidos de tejido ovárico criopreservado. Si el trasplante se realiza en sitios distintos al ovario (útero, riñón, pared abdominal, subcutis del antebrazo) se habla de trasplante heterotópico y este procedimiento está más dirigido a la producción de hormonas.
¿Está interesado en recibir tratamiento?