Tumores germinales de ovario
¿Qué es?
Los tumores de células germinales del ovario representan un grupo de neoplasias poco frecuentes que surgen de las células germinales primitivas de la gónada embrionaria. Constituyen el 20-25% de las neoplasias ováricas.
Los tumores de células germinales del ovario pueden ser benignos o malignos. Los tumores malignos (3-5% de los casos) incluyen el disgerminoma (el más frecuente), el tumor del saco vitelino, el teratoma inmaduro, el carcinoma embrionario, el coriocarcinoma no gestacional y los tumores mixtos. Los tumores germinales malignos de ovario son tumores poco frecuentes que afectan a adolescentes y mujeres jóvenes en edad fértil.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de inicio son dolor, tensión abdominal y la aparición de una masa abdominopélvica. A veces, la sintomatología está representada por un dolor abdominal agudo causado por un rápido crecimiento de la masa tumoral con su posterior rotura o torsión. La fiebre, las hemorragias genitales y las manifestaciones endocrinas son más raras. A veces la enfermedad puede ser asintomática.
- distensión abdominal
- dolor pélvico-abdominal
- inapetencia
- lumbago
- polaquiuria (micción frecuente)
- dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales)
- estreñimiento
- ascitis
¿Cómo se diagnostica?
Actualmente, la mayoría de los pacientes se diagnostican en una fase temprana. La sospecha clínica de un tumor de la esfera genital requiere exámenes instrumentales: ecografía ginecológica, TAC abdominopélvica y dosificación plasmática de marcadores específicos (alfa feto proteína, bhcg, ca125 LDH). El diagnóstico definitivo sólo se puede obtener mediante un examen histológico.
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¿Cómo se trata?
Hasta finales de la década de 1970, el pronóstico de las pacientes con tumores de células germinales del ovario era casi siempre sombrío. El tratamiento quirúrgico era la única opción terapéutica. No existían tratamientos adyuvantes para reducir el número de recidivas y mejorar la supervivencia: los tumores de células germinales no son, en la mayoría de los casos, radiosensibles y los tratamientos de quimioterapia utilizados entonces no eran eficaces. El pronóstico mejoró radicalmente tras la introducción de la quimioterapia según el esquema PEB (cisplatino, bleomicina y etopósido) con tasas de supervivencia superiores al 90% incluso en estadios avanzados. La alta quimiosensibilidad de estos tumores hace posible un enfoque quirúrgico conservador dirigido, dada una temprana edad de aparición, a mantener la fertilidad en mujeres jóvenes.
El tratamiento estándar se considera cirugía conservadora con estadificación peritoneal y eventual linfadenectomía.
Para los pacientes con enfermedad en estadio I, debe prescribirse un tratamiento adyuvante en función de los factores pronósticos. Para todos los demás estadios es necesaria la quimioterapia.
Es posible antes de iniciar la quimioterapia o 12 meses después de terminarla evaluar la posibilidad de criopreservación de ovocitos.
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