Reserva ovárica reducida
¿Qué es?
La reserva ovárica reducida es una condición en la que el ovario pierde su potencial reproductivo normal, comprometiendo la fertilidad. Esta condición afecta al 10-30% de las pacientes que acuden a los médicos con infertilidad y es un reto a tratar. La etiopatogenia es compleja y sólo se conoce parcialmente; sin embargo, algunas de las etiologías reconocidas incluyen el agotamiento de los folículos ováricos relacionado con la edad, endometriosis avanzada, alteraciones cromosómicas y genéticas, cirugía ovárica previa y adherencias pélvicas, enfermedades metabólicas y enzimáticas, así como enfermedades tóxicas, autoinmunes e infecciosas. A medida que la mujer envejece, su potencial natural de fertilidad comienza a disminuir. Este fenómeno es universal y puede observarse a partir de los 30 años, acentuándose a lo largo de la siguiente década. Las enfermedades o las anomalías genéticas pueden acelerar este declive.
¿Cuáles son los síntomas?
Desgraciadamente, la mayoría de las mujeres no muestran signos o síntomas de una reserva ovárica reducida. A medida que la enfermedad progresa, las mujeres pueden notar un acortamiento del ritmo menstrual (por ejemplo, ciclos de 28 días reducidos a 24 días). Una vez que la menopausia es inminente, las mujeres pueden notar signos de disminución de estrógenos, como sofocos, problemas para dormir, ausencia de períodos menstruales y sequedad vaginal.
- Asintomático
- Menstruaciones irregulares
- Destellos
- Problemas para dormir
- Sequedad vaginal
¿Cómo se diagnostica?
Para evaluar la reserva ovárica se dispone de pruebas no invasivas como los ensayos hormonales y el recuento de folículos antrales en la ecografía transvaginal. Las mediciones en sangre de hormonas como la FSH y el estradiol deben realizarse en el segundo o tercer día del ciclo menstrual. Los niveles de FSH por encima de 12 mIU/mL se consideran ligeramente elevados; los niveles por encima de 15 mIU/mL se consideran lo suficientemente anormales como para cancelar los intentos de reproducción asistida, ya que las pacientes en este rango no responderán satisfactoriamente a los medicamentos para mejorar la fertilidad; sin embargo, se ha considerado que los niveles de estradiol por encima de 60-80 pg/mL pueden enmascarar una FSH alterada. Las fluctuaciones en la expresión basal normal de estas dos hormonas indican una disminución de la reserva ovárica.
La medición en sangre de la AMH (hormona antimulleriana) es otro análisis de sangre que se correlaciona con el potencial de fertilidad. La AMH es un producto de los pequeños folículos antrales de los ovarios y se utiliza ampliamente para obtener información pronóstica, como la probabilidad de éxito de la estimulación ovárica.
La evaluación ecográfica transvaginal del recuento de folículos antrales (AFC) es otra herramienta para evaluar la reserva ovárica. El AFC comprende el número de folículos de 2-5 o 2-10 mm de diámetro medidos en los ovarios al inicio del ciclo menstrual y está altamente correlacionado con el número de ovocitos recuperados en la recogida. En las mujeres jóvenes que conocen la monopausia precoz, el estudio del cariotipo es obligatorio para excluir anomalías ligadas al cromosoma X (síndrome del X frágil, monosomía X, mosaicismos).
¿Cómo se trata?
En la actualidad, no existen tratamientos que prevengan, ralenticen o reviertan el envejecimiento o el agotamiento de los ovarios. Una vez identificada la reserva ovárica reducida, los tratamientos están diseñados para acelerar el momento de la concepción o para criopreservar (congelar) óvulos o embriones para su uso futuro. Las pacientes con reserva ovárica reducida que se someten a FIV suelen recibir dosis más altas de regímenes de estimulación ovárica en un esfuerzo por maximizar el número de óvulos recuperados o, en caso de que el nivel de AMH sea inferior a 0,1-0,2 ng/mL, una estimulación suave para apoyar la producción hormonal espontánea de la paciente. Sin embargo, dado que la reproducción asistida no revierte los cambios en los óvulos responsables de esta disminución de la fertilidad, las tasas de éxito de las pacientes que se someten a la FIV son paralelas a la disminución normal de la fertilidad natural que se observa en la población en general. Una vez que el ovario no ha respondido a la estimulación, o más tarde falla endocrinológicamente, se recomienda utilizar óvulos de donante para restaurar el potencial reproductivo de la mujer. Al utilizar óvulos donados por mujeres jóvenes, que suelen tener más de 20 años, las mujeres con una reserva ovárica reducida pueden concebir y dar a luz con éxito, incluso mucho después de la menopausia.
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