Pancreatitis aguda recurrente (PAR)
¿Qué es?
Se trata de una enfermedad inflamatoria del páncreas caracterizada por un dolor abdominal de origen pancreático que suele reaparecer varias veces durante el año, asociado también a un cólico biliar, y que dura unos días y remite espontáneamente. El origen de estos episodios recurrentes de pancreatitis son:
- anomalías congénitas del páncreas (por ejemplo, el páncreas divisum, presente en aproximadamente el 7% de la población);
- presencia de bilis excesivamente rica en cristales biliares o densa (bilis litógena);
- presencia de cálculos biliares, a veces de pequeño tamaño y no reconocibles con los métodos habituales de investigación (ecografía);
- presencia de un mal funcionamiento (disfunción) del esfínter de Oddi, una estructura anatómica a través de la cual la coledococlea y el conducto pancreático principal desembocan en el duodeno;
- mutaciones en el gen CFTR (fibrosis quística);
- trastornos vasculares;
- efectos secundarios de los fármacos tomados de forma crónica.
Sin embargo, en el 30% de los casos no hay una causa documentable, por lo que la pancreatitis se denomina idiopática.
¿Cuáles son los síntomas?
El dolor de tipo biliar se localiza en la parte superior derecha del abdomen, se irradia posteriormente hacia la escápula derecha y se presenta con momentos de máxima intensidad que se alternan con otros de alivio (cólico). El dolor pancreático, en cambio, es constante, sordo, generalmente localizado en la parte superior central del abdomen con irradiación al flanco derecho y/o izquierdo, así como a veces a la espalda (dolor de cinturón). En la pancreatitis aguda grave, pueden desarrollarse pseudoquistes o colecciones intra y peripancreáticas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico suele hacerse cuando el dolor se asocia a un aumento de la concentración de amilasa en suero y orina. La mayoría de las veces el diagnóstico de la pancreatitis recurrente es erróneo debido a la mala interpretación del dolor, que la mayoría de las veces se atribuye al síndrome del intestino irritable o a una gastritis aguda.
Esto sucede porque el aumento de las enzimas pancreáticas es, en la mayoría de los casos, de corta duración, de modo que cuando el paciente se somete a las pruebas de laboratorio, los valores han vuelto a la normalidad.
Una serie de investigaciones permiten reconocer tanto el diagnóstico de la pancreatitis recurrente como su causa. La más utilizada es la ecografía de la parte superior del abdomen, que también puede realizarse tras la administración de secretina, una hormona sintética que también produce nuestro cuerpo especialmente durante las comidas. De este modo, el páncreas se visualiza simulando una comida, es decir, en el momento en que es más fácil captar cualquier anomalía.
En los casos en los que se requiere una visualización más detallada tanto del páncreas como del tracto biliar, se realiza una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) y/o una colangiopancreatografía por resonancia magnética (RM) que, a diferencia de la CPRE, no es invasiva. La RM, al igual que la ecografía, se realiza antes e inmediatamente después de la administración de secretina. Esto aumenta la sensibilidad en el diagnóstico de las alteraciones morfológicas de los conductos biliopancreáticos y se puede observar su vaciado en el duodeno, que suele estar alterado en esta patología. La recogida de la bilis y su análisis con un microscopio óptico permite detectar una posible naturaleza biliar mal diagnosticada de la pancreatitis (pancreatitis biliar de arena). La búsqueda de mutaciones en el gen CFTR permite identificar a los pacientes portadores del genotipo de la fibrosis quística, que da lugar a la producción de un jugo pancreático más denso de lo normal.
La importancia de realizar estas investigaciones y repetirlas a lo largo del tiempo se debe a la posible evolución hacia la pancreatitis crónica, una enfermedad que puede causar malabsorción de grasas y diabetes.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
- Terapia médica: en el caso de la bilis litógena o del lodo biliar, la administración a largo plazo de sales biliares (ácido queno o ursodesoxicólico y ácido taurocólico) puede cambiar la composición de la propia bilis y prevenir los episodios de pancreatitis aguda, si se deben a ello. No hay ninguna otra terapia médica eficaz en esta condición.
- Terapia endoscópica: la papilofitotomía endoscópica realizada durante la CPRE es el único procedimiento quirúrgico que puede prevenir la recurrencia de los episodios de pancreatitis en un alto porcentaje de casos con un traumatismo mínimo. Permite limpiar la vía biliar de cualquier microcálculo o arena biliar, a través de la sección del esfínter de Oddi, para abolir el aumento de la presión endoluminal que se produce en las dos zonas, biliar y pancreática, debido al mal funcionamiento del esfínter, y para tratar el páncreas divisum.
- Tratamiento quirúrgico: en caso de cálculos biliares o de complicaciones de la pancreatitis (pseudoquiste, absceso), está indicada la cirugía.
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