¿Qué es Fear Of Missing Out (miedo a perderse algo)?

"El principal sentimiento atribuible al FOMO es que los demás llevan una vida más satisfactoria que la nuestra", afirma la Dra. Pratesi.

El FOMO se define por 2 elementos principales:

• ansiedad relacionada con la posibilidad de que otras personas puedan tener experiencias placenteras en las que el sujeto no participa;
• deseo de estar constantemente en contacto con los demás a través de las redes sociales, comprobando compulsivamente las redes sociales y cualquier notificación.

"El segundo elemento es un poco consecuencia del primero y está relacionado con la necesidad de investigar constantemente lo que hacen los demás y lo que uno se pierde", especifica la psiquiatra.

Es un fenómeno que afecta por igual a jóvenes y adultos, pero los adolescentes varones son los más afectados.

El miedo a ser excluido en la adolescencia es fisiológico, cualquier chico no invitado a una fiesta puede experimentar una sensación de malestar e incomodidad. Hablamos de FOMO, y el fenómeno se convierte en patológico cuando esta sensación de malestar repercute en el funcionamiento diario del individuo. 

"El FOMO siempre ha existido, incluso antes de la llegada de lo digital, pero hoy hay muchas más oportunidades de experimentarlo porque estamos constantemente expuestos a la experiencia de los demás. Es como si nuestras vidas estuvieran constantemente en exhibición, al igual que las vidas de los demás. Todo se ha disparado aún más con la creación de las historias de Instagram, que nos permiten tener un reportaje diario de la vida de otras personas en las 24 horas siguientes a su publicación: esto supone una vigilancia constante de la red social y del smartphone", continúa la especialista.

Así, el FOMO surge de la imposibilidad de participar en actividades compartidas por amigos y conocidos, pero en otros casos puede surgir sin implicar a otras personas. En este caso, el miedo a ser excluido proviene de tener demasiadas opciones para pasar el tiempo libre. "Si hay tantas opciones entre las que elegir, esto puede llevar a la percepción de que las experiencias que viven otras personas son mejores y más interesantes. El individuo pierde el sentido de la realidad y confía en la interpretación de los mensajes de las redes sociales". 

La libertad de elección, y por tanto la presencia de múltiples opciones, genera en el individuo con FOMO la sensación de no haber hecho la mejor elección, dejando una sensación de angustia e inadecuación.

El FOMO está estrechamente relacionado con la adicción a los smartphones y se caracteriza por:

• hipercontrol compulsivo del smartphone;
• necesidad de estar constantemente conectado;
• incapacidad para abstenerse de leer las notificaciones.

"Se caracteriza por la necesidad de actualizar constantemente las páginas web y, desde un punto de vista cognitivo, el FOMO se caracteriza por pensamientos obsesivos sobre estar conectado.

Sólo cuando esta necesidad se hace constante y extrema puede desembocar en estados patológicos:

• ansiedad social;
• altos niveles de estrés:
• insatisfacción;
• insomnio;
• síntomas ansioso-depresivos. 

Los estudios que se han realizado sobre el FOMO demuestran que las causas se encuentran en el intento de satisfacer una de las necesidades básicas del ser humano: la socialidad.

"El intento de satisfacer esta necesidad puede llevar a un uso excesivo de las redes sociales. Las personas que no se sienten suficientemente conectadas con los demás utilizan las nuevas tecnologías a modo de compensación -continúa la Dra. Pratesi-, de modo que las personas que infravaloran su propia vida y tienen baja autoestima son más propensas a desarrollar FOMO".

"En primer lugar, debemos recordar que en las redes sociales tendemos a sobrevalorar la felicidad y el éxito de los demás. No vemos la verdadera condición de la otra persona, sino que vemos lo que los demás quieren que veamos", afirma la especialista. Es fisiológico tener remordimientos, ser indeciso y tener miedo de haber tomado una decisión equivocada.

Por tanto, el FOMO puede contrarrestarse mediante:

• atención al presente: "Quienes viven con miedo a perder algo es como si siempre estuvieran proyectados hacia el futuro o el pasado, tienen dificultades para permanecer en el aquí y el ahora. Los ejercicios de meditación de atención plena son, por tanto, un camino aconsejable y viable para todas las personas";
• reducir la confrontación social;
• aprender a aceptar los sentimientos de soledad: "La soledad no es necesariamente algo de lo que tengamos que escapar o huir, pero dedicarle tiempo es el primer paso para ser más autónomos. 

"Por fin podemos decir que se ha creado una antítesis de la palabra FOMO, a saber, JOMO, joy of missing out. La clave para contrarrestar este fenómeno creciente entre los jóvenes es aceptar la realidad tal como es, vivir el momento sin la ansiedad de perderse algo", concluye la Dra. Pratesi.