Cálculos renales
¿Qué es?
La calculosis renal consiste en el desarrollo dentro del tracto urinario de formaciones sólidas resultantes de la precipitación de sales que se agregan en macroagregados a partir de los cuales se desarrollan los verdaderos cálculos. Se localizan en diferentes lugares del tracto urinario. El dolor del cólico renal es el aspecto de la enfermedad que más preocupa e implica a los pacientes, pero no es un problema clínico principal. De hecho, el cálculo puede provocar una obstrucción de las vías urinarias que puede dañar el propio riñón si persiste durante mucho tiempo. Se trata de una enfermedad que, en sus diversas formas, afecta ya a cerca del 10% de la población con un elevado coste social. La razón de esta elevada incidencia hay que buscarla en el estilo de vida de los países occidentales, caracterizado por una dieta rica en proteínas animales y pobre en verduras y productos lácteos. Los factores familiares y hereditarios también desempeñan un papel en la patogénesis de los cálculos renales. Estos factores se manifiestan a través de diversos defectos en la composición de la orina, como el aumento de la excreción de calcio, ácido úrico u oxalato y la reducción de la excreción de citrato, lo que da lugar a la formación de cálculos. Por último, no hay que olvidar la posible presencia de una infección urinaria que puede complicar gravemente la enfermedad. La calculosis renal tiende a ser recurrente; en el caso de la calcinosis idiopática, la probabilidad de recurrencia tras el evento inicial es del 40-50% a los 5 años. La tasa de recurrencia de los cálculos secundarios a enfermedades sistémicas como la cistinuria, la hiperoxaluria primaria o el hiperparatiroidismo primario es mayor.
¿Cuáles son los síntomas?
El uso generalizado de la ecografía en la calculosis urinaria permite diagnosticar la enfermedad en una fase totalmente asintomática. La manifestación clínica de inicio de la nefrolitiasis es el cólico renal o renal-ureteral, que aparece tras una obstrucción del tracto excretor urinario. El síntoma principal es el dolor cólico, continuo, inicialmente en el flanco y posteriormente irradiado hacia la ingle. El dolor puede ir acompañado de náuseas y vómitos. Los cálculos renales también pueden asociarse a cambios en el examen de orina como, por ejemplo, la presencia de sangre, a veces hasta la macrohematuria.
- dolor
- hematuria
¿Cómo se diagnostica?
El enfoque de primer nivel sigue siendo la ecografía, que permite detectar signos indirectos o directos de calculosis urinaria. La combinación entonces de una radiografía abdominal aumenta su sensibilidad y también puede añadir la importante información de si el cálculo es radiactivo o no lo es. Sin embargo, el examen más sensible es la tomografía computarizada (también con baja intensidad de radiación), que puede ser indispensable para establecer el diagnóstico.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
La prevención de la recurrencia de los cálculos pasa por un enfoque especializado adecuado que tiene como objetivo definir los factores dietéticos y las alteraciones de la composición urinaria que pueden inducir el desarrollo de cálculos renales. A continuación se define la necesidad de un tratamiento farmacológico y se establece una dieta adecuada para prevenir los cálculos. En caso de cólico renal, puede ser necesario administrar fármacos analgésicos que favorezcan la expulsión de los cálculos. El uso de un antibiótico puede ser necesario en presencia de complicaciones infecciosas del tracto urinario. Para extraer los cálculos de las vías urinarias se utilizan varias modalidades de tratamiento quirúrgico (litotricia por ondas de choque o tratamiento endoscópico o translumbar), cuya elección depende del tamaño, la localización y el tipo de cálculo.
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