Cáncer de recto
¿Qué es?
¿Cuáles son los síntomas?
Los primeros síntomas (pérdida de sangre, dificultad para evacuar) deben llevar inmediatamente al paciente al médico, para iniciar las investigaciones de diagnóstico y escuchar los consejos de un cirujano experimentado.
¿Cómo se diagnostica?
Al igual que el cáncer de colon, el cáncer de recto requiere una serie de exámenes específicos para investigar el estadio de la enfermedad y su propagación. Sin embargo, en este caso, además de la diseminación a otros órganos (sistémica), debe investigarse cuidadosamente la diseminación al órgano de origen (local) para identificar el mejor enfoque terapéutico. Básicamente se realizan cuatro exámenes:
- exploración rectal realizada con el dedo por el cirujano;
- rectoscopia: un examen rápido y bien tolerado que se realiza mirando directamente en el recto a través de un instrumento especial;
- ecoendoscopia; se realiza con una sonda de ultrasonido introducida en el recto como para la rectoscopia;
- resonancia magnética (RM).
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Está muy extendida la idea de que el diagnóstico de cáncer de recto debe ir seguido necesariamente de la extirpación de todo el recto, con una desviación definitiva (colostomía permanente con una bolsa pegada a la pared abdominal donde se exterioriza el intestino). Este miedo a menudo conduce a un retraso en el diagnóstico.
En realidad, hay que tener en cuenta que a lo largo de los años el enfoque terapéutico ha cambiado radicalmente, y actualmente menos del 7% de los pacientes con cáncer de recto requieren una operación tan mutilante. Sin embargo, si es necesario para un tratamiento terapéutico eficaz, hoy en día existen encuentros con personal especializado (enterostomistas) que pueden hacer que esta situación sea absolutamente bien tolerada.
En todos los tumores localmente avanzados (que entran en contacto con la grasa que rodea el recto o afectan a los ganglios linfáticos perirrectales), se realiza un tratamiento preoperatorio de radioquimioterapia de 5 semanas de duración para reducir el tamaño del tumor. En aproximadamente el 20% de los pacientes tratados se observa la desaparición completa del tumor, en otro 60% hay una reducción de más del 50% de la masa. La cirugía se lleva a cabo 6-8 semanas después del final de la quimioterapia, tras una reevaluación instrumental para cuantificar la respuesta al tratamiento.
La posibilidad de respetar el aparato esfinteriano, evitando así una desviación definitiva, es bastante alta con el uso de técnicas quirúrgicas adecuadas, pero también es posible reconstruir el esfínter extirpado. La cirugía de resección rectal en nuestro centro se realiza por laparoscopia en más del 70% de los casos.
Procedimientos sugeridos
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