Carcinoma de páncreas
¿Qué es?
La incidencia del cáncer de páncreas está aumentando: es la cuarta causa de muerte por cáncer en el ser humano.
Causas y factores de riesgo
No se conocen factores de riesgo específicos, aparte del tabaquismo. La evolución suele ser rápida y la tendencia a la metástasis marcada.
Por lo tanto, el pronóstico es bastante grave en muchos casos. Sin embargo, el rápido desarrollo de la investigación en este campo podría hacer que en los próximos años se disponga de nuevos medicamentos o tratamientos que podrían mejorar el resultado.
¿Cuáles son los síntomas?
El diagnóstico de este tumor suele ser tardío porque los síntomas son vagos y poco característicos. El cuadro clínico se caracteriza por:
- dolores vagos en la parte superior del abdomen;
- falta de apetito;
- pérdida de peso;
- ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos);
- dolor de espalda o lumbar que se irradia a la barra.
¿Cómo se diagnostica?
Para definir la patología, se realizan:
- examen especializado por el cirujano general o por el oncólogo: permite encuadrar la patología y definir el curso diagnóstico y terapéutico;
- dosificación de marcadores tumorales: en particular, el CA 19-9 aumenta en presencia de un tumor.
- ecografía, ecoendoscopia, TAC y/o RMN: tienen como objetivo identificar la presencia del tumor, definir la relación con las estructuras circundantes (y por tanto la posibilidad de intervención quirúrgica) y excluir la presencia de metástasis en otros órganos (en particular el hígado);
- aspiración con aguja pancreática (bajo guía ecográfica o ecendoscópica): permite precisar el tipo de tumor en caso de que no se pueda extirpar.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Si el tumor está localizado en el páncreas y no se infiltra en las estructuras vasculares circundantes, el tratamiento normalmente recomendado es la extirpación quirúrgica, pero esto sólo es posible en el 20-30% de los casos.
Las intervenciones quirúrgicas en el páncreas son delicadas y técnicamente difíciles, tanto por la posición profunda que ocupa el órgano en el abdomen como por su consistencia friable. Por lo tanto, los resultados varían considerablemente y dependen en gran medida de la experiencia del equipo médico que interviene.
El objetivo de la operación es eliminar el tejido tumoral.
Cuando el tumor se localiza en la cabeza del páncreas, por razones anatómicas y oncológicas, es necesario extirpar no sólo la cabeza del páncreas, sino también el duodeno, la coledococlea distal y la vesícula biliar. Esta operación se denomina duodenocefalopancreasectomía, dura una media de 5 a 8 horas e implica:
- la sección del duodeno, del coledoco, el páncreas y el primer asa digiunal;
- la extirpación en bloque del páncreas distal-duodeno-cabeza de coledoco;
- la unión de un asa digiunal con el páncreas residual, el coledoco residual y la primera porción duodenal.
Cuando el tumor se localiza en el cuerpo o en la cola del páncreas, su extirpación se consigue con la operación de pancreasectomía distal. La operación dura una media de 2 a 4 horas, implica la sección del páncreas a nivel de la transición entre la cabeza y el cuerpo y la extracción del lado izquierdo del órgano, normalmente junto con el bazo, que tiene una posición anatómica muy próxima a la cola del páncreas. No se requieren otras suturas o reconstrucciones.
Tras la operación, debido a un alto riesgo de recidiva local (en la zona del páncreas) o a distancia (en otros órganos), se recomienda un tratamiento adicional de quimio y radioterapia. Posteriormente, está indicada una visita del especialista en oncología para planificar el programa de tratamiento postquirúrgico y una posible visita del especialista en endocrinología en caso de diabetes mellitus postquirúrgica.
En el resto de los casos en los que la cirugía para extirpar el tumor no es factible, se puede llevar a cabo un tratamiento ambulatorio de quimioterapia y/o radioterapia. Normalmente, se utiliza la quimioterapia con esquemas que contienen gemcitabina, que en algunos casos permite eliminar algunos tumores localizados, que antes se creía que no se podían eliminar. La radioterapia mejora el control local de la enfermedad y suele combinarse con quimioterapia radiosensibilizante.
Si el tumor genera síntomas como ictericia o estenosis duodenal, se hace necesaria una intervención endoscópica, quirúrgica o radiológica percutánea.
Además de la terapia médica que suelen administrar los oncólogos o los terapeutas del dolor, recientemente se ha generalizado el método de neurolisis del plexo celíaco bajo guía ecoendoscópica. Este procedimiento puede realizarse durante la ecoendoscopia para la estadificación y tipificación citológica del cáncer de páncreas, en una sola sesión, con el paciente bajo sedación profunda y con asistencia anestésica. En comparación con la neurología realizada por vía transcutánea, la realizada bajo guía ecendoscópica tiene un menor riesgo de complicaciones y ha demostrado un buen control del dolor, con la ventaja de reducir los efectos secundarios relacionados con la toma de analgésicos opiáceos.
Procedimientos sugeridos
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