Tumores de hígado y vías biliares
¿Qué es?
Los tumores de hígado y vías biliares son carcinomas que se desarrollan primitivamente en el hígado y se diferencian en hepatocarcinoma y colangiocarcinoma.
El hepatocarcinoma o carcinoma hepatocelular surge de los hepatocitos. El hepatocarcinoma es la neoplasia maligna primaria más frecuente del hígado.
El colangiocarcinoma, a diferencia del otro, se origina en los conductos biliares, también conocidos como colangiocitos, y puede desarrollarse:
- dentro del hígado (colangiocarcinoma intrahepático);
- a nivel periférico;
- fuera del órgano (colangiocarcinoma extrahepático);
- a nivel de la vesícula biliar.
Causas y factores de riesgo
Las principales causas de carcinoma hepatocelular son la hepatitis B o C y la cirrosis hepática; su aparición en un hígado sano es mucho más rara. En los últimos años, ha aumentado la proporción de carcinomas hepatocelulares relacionados con la esteatosis hepática (EHNA).
Las causas relacionadas con el desarrollo del colangiocarcinoma son menos conocidas. Existen ciertas enfermedades o factores predisponentes como:
- Síndrome de Cairoli;
- la presencia de cálculos biliares intrahepáticos;
- la exposición a determinadas sustancias químicas y toxinas;
- infecciones parasitarias (parasitosis) del hígado, bastante raras en el mundo occidental, pero presentes en países como Tailandia, Taiwán, China, Rusia oriental, Corea y Vietnam.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas que identifican la presencia de una enfermedad oncológica primaria suelen desarrollarse cuando alcanzan cierto tamaño y suelen ser comunes a otras enfermedades, tanto benignas como malignas. Los síntomas más frecuentes son:
- pérdida de peso;
- caquexia;
- dispepsia;
- dolor en la parte superior del abdomen que se irradia a veces hasta el hombro;
- ictericia;
- orina oscura;
- diarrea;
- hiperpirexia.
¿Cómo se diagnostica?
El procedimiento diagnóstico-terapéutico de los tumores hepáticos es personalizado y definido por un equipo multidisciplinar (cirujano hepático, oncólogo, hepatólogo médico, radiólogo intervencionista, anatomopatólogo, radioterapeuta y médico nuclear) durante una reunión semanal específica.
En función de la decisión del equipo multidisciplinar, el paciente puede someterse a diversas técnicas de imagen (ecografía abdominal, tomografía computarizada, resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones, angiografía hepática y/o colangiografía o endoscopia). También puede estar indicado proceder a una biopsia hepática y una laparoscopia para analizar el tejido sospechoso y proporcionar un diagnóstico definitivo.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
En cuanto al hepatocarcinoma, los tratamientos disponibles difieren según:
- función hepática;
- estado clínico general;
- extensión de la neoplasia.
Especial importancia para esta patología ha venido dada en los últimos años por un abordaje a menudo combinado de tratamientos secuenciales, dando lugar a un enfoque terapéutico personalizado a las características de cada paciente, tras una valoración colegiada.
El colangiocarcinoma es una neoplasia de manejo complejo tanto por el alto riesgo de morbilidad asociado a los procedimientos terapéuticos como por las múltiples estrategias diagnósticas y terapéuticas en constante evolución. Los tratamientos se definen en función del estadio de la enfermedad y son prerrogativa de diferentes especialistas dentro de un equipo multidisciplinar.
En esta patología, la cirugía ocupa un lugar central y representa el principal enfoque curativo. En cuanto a los tratamientos sistémicos, en los últimos años se ha producido una revolución vinculada a un enfoque de medicina de precisión gracias a la evaluación exhaustiva del ADN tumoral.
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