Tumores quísticos pancreáticos (TQP)
¿Qué es?
Los tumores quísticos del páncreas son tumores raros, a veces grandes, que contienen líquido. Se dividen en dos categorías principales: tumores quísticos serosos y tumores quísticos mucinosos. Los tumores quísticos serosos son prácticamente siempre benignos pero pueden sufrir un crecimiento expansivo, mientras que los tumores mucinosos pueden sufrir una transformación maligna. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, incluso los tumores mucinosos se diagnostican cuando todavía son benignos, y así se puede decidir si se procede a la cirugía o se establece un programa de seguimiento con resonancias magnéticas o ecoendoscopias periódicas.
A veces están formados por varios quistes en contacto entre sí y pueden ser múltiples. Los tumores mucinosos se dividen en cistadenomas mucinosos y tumores papilomucinosos intraductales (IPMN). Cuando ya se ha producido la transformación maligna, se habla de cistoadenocarcinomas o de carcinomas papilomucinosos intraductales. Los IPMN son las neoplasias quísticas más frecuentes y su aparición está asociada al aumento de la edad. Por encima de los 80 años, los IPMN parecen estar presentes en alrededor del 20% de la población. Los IPMN pueden dividirse en tres tipos, periféricos (brunch duct), mixtos (mixed) y centrales (main ductl). Las centrales o mixtas tienen un riesgo de transformación maligna de aproximadamente el 60 % a los 5 años, mientras que las periféricas tienen un riesgo significativamente menor, del 2 al 5 % a los 5 años.
Por lo tanto, mientras que la indicación de la cirugía suele ser la central o mixta, la del conducto periférico o brunch sólo se considera en presencia de otros factores de riesgo. En general, los periféricos se controlan a lo largo del tiempo con exámenes radiológicos y hematoquímicos siguiendo el calendario y las modalidades indicadas por las directrices internacionales. También existen otras lesiones quísticas más raras con un componente más sólido, como el tumor pseudopapilar sólido y el tumor neuroendocrino quístico.
¿Cuáles son los síntomas?
Con frecuencia no causan ninguna molestia y se detectan por casualidad, durante ecografías o tomografías realizadas por otros motivos. Otras veces, especialmente cuando son grandes, pueden manifestarse con los siguientes síntomas:
- dolor
- náuseas o vómitos
- ictericia
- episodios de pancreatitis aguda
- diabetes
- dolor abdominal inespecífico
¿Cómo se diagnostica?
No hay que confundir un tumor quístico con un pseudoquiste, porque el tratamiento de ambas enfermedades es muy diferente. El hallazgo de una colección líquida pancreática o peripancreática, cuando el paciente tiene una pancreatitis crónica, o ha tenido una pancreatitis aguda, es casi seguro la expresión de un pseudoquiste. Cuando, por el contrario, se encuentra una colección líquida en un paciente que no tiene antecedentes de enfermedad pancreática, puede ser la expresión de un tumor quístico del páncreas. Otro aspecto importante es la epidemiología de estas lesiones. Por ejemplo, los cistadenomas mucinosos son más frecuentes en las mujeres y en la cola del páncreas.
Los análisis de sangre no suelen mostrar cambios significativos; en general, deben evaluarse los marcadores tumorales, que a menudo pueden ser normales, y la glucemia y la hemoglobina glicosilada para evaluar la función endocrina del páncreas.
Las exploraciones instrumentales que pueden aportar información útil ante la sospecha de un tumor quístico son la TAC, pero aún más útiles son la RMN (resonancia magnética) y en particular con secuencias específicas de colangioWirsungRMN y sobre todo la ecendoscopia, que permite evaluar con precisión las paredes del quiste, poner de relieve las posibles vegetaciones internas y tomar una colección de células o líquido quístico, sobre la que se pueden realizar pruebas específicas (marcadores intraquísticos, amilasa y glucosa intraquística).
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Cuando se requiere una intervención quirúrgica, puede estar indicada una duodenocefalopancreasectomía, una pancreasectomía distal o, raramente, una pancreasectomía intermedia o una pancreasectomía total. En algunos casos de quistes benignos, puede considerarse la preservación del bazo durante la pancreasectomía distal. En el caso de las lesiones sospechosas de ser malignas o premalignas, como las lesiones mucinosas y, en particular, los IPMN, suele recomendarse también la extirpación del bazo para la pancreasectomía distal. A menudo, algunas de estas neoplasias quísticas pueden mantenerse en observación de forma segura, pero esto debe decidirlo el especialista de acuerdo con las directrices actuales.
Procedimientos sugeridos
¿Dónde lo tratamos?
¿Está interesado en recibir tratamiento?