Deformidades del desarrollo de la rodilla
¿Qué es?
Las desviaciones axiales de la rodilla pueden dividirse en dos amplias categorías basadas en la dirección de la desviación: valgo (rodillas en "X") y varo (rodillas en "corchete"). También se distingue entre las formas idiopáticas (para las que no se reconoce ninguna causa) y las secundarias a diversas patologías.
En la edad de desarrollo, un cierto grado de varo o valgo de la rodilla se considera fisiológico. En los bebés, las rodillas se presentan normalmente con una desviación en varo; más tarde, hasta los 6-7 años de edad, la rodilla tiende a ser en valgo y luego sufre una corrección espontánea con el crecimiento.
Sin embargo, las desviaciones axiales que persisten en las últimas etapas del crecimiento merecen una investigación más profunda con el especialista en ortopedia.
¿Cuáles son los síntomas?
La desviación axial de la rodilla, a menos que sea extrema, es una condición benigna que no genera ninguna molestia en particular. Sin embargo, a largo plazo, puede provocar alteraciones en la dinámica de la marcha, la alineación de la columna vertebral y síntomas dolorosos, así como una posible limitación funcional durante las actividades de la vida diaria. La desviación de la rodilla también puede dar lugar a actitudes viciosas que impliquen a las demás articulaciones adyacentes.
- dolor
- limitación funcional
- alteraciones de la marcha
- alteraciones de la columna vertebral
¿Cómo se diagnostica?
Para reconocer las desviaciones axiales es fundamental el examen clínico, que debe ser completo para excluir las formas secundarias. El examen se realiza primero con el paciente en ortostatismo para observar el eje de la extremidad inferior bajo carga tanto de pie con los pies separados a la altura de los hombros como durante la marcha. También es importante definir la presencia de cualquier dismetría o la coexistencia de desviaciones del eje del pie y de la versión del cuello femoral. También es importante examinar el trofismo muscular y cualquier laxitud ligamentosa. Acompañando al examen clínico está el estudio radiográfico de los miembros inferiores cargados.
¿Cómo se trata?
Las desviaciones axiales reconocidas en la infancia pueden abordarse de forma conservadora o quirúrgica en función de su extensión. El tratamiento conservador consiste en fomentar actitudes posturales destinadas a no empeorar la afección, por ejemplo, mantener una posición correcta al sentarse o corregir los pequeños defectos de desviación del pie con ortesis o conchas.
Desde el punto de vista quirúrgico, el paciente pediátrico puede ser tratado con técnicas que aprovechan el potencial de crecimiento residual para corregir progresivamente la extensión de la desviación. Esto se consigue fusionando temporalmente el cartílago de crecimiento proximal de la tibia y/o distal del fémur (medial o lateralmente, dependiendo de la dirección de la desviación) mediante placas especiales (de ocho placas). Cuando la extensión de la desviación es muy severa o en los casos en que el paciente ha completado el crecimiento, se pueden utilizar técnicas alternativas y más invasivas, como las osteotomías con aplicación de placas o fijadores externos (Ilizarov o hexapodálico).
¿Dónde lo tratamos?
¿Está interesado en recibir tratamiento?