Infecciones del tracto urinario en niños
¿Qué es?
La orina es producida por los riñones, recogida en unas cavidades en forma de embudo denominadas cuencas o pelvis renales, y conducida a los uréteres, unos largos tubos que permiten que la orina descienda desde el riñón hasta la vejiga. Cuando la vejiga está llena, se contrae y expulsa la orina por la uretra.
Causas y factores de riesgo
En la edad neonatal, las infecciones son más frecuentes en los varones, mientras que entre los 3 y los 6 años son más frecuentes en las mujeres.
Las infecciones del tracto urinario pueden deberse a:
- debilidad de los mecanismos de defensa del aparato urinario que da lugar a un crecimiento bacteriano;
- anomalías anatómicas del aparato urinario. Entre ellas, la más frecuente es el reflujo vesicoureteral, una malformación congénita que consiste en una salida anormal de los uréteres hacia la vejiga con el consiguiente flujo ascendente de orina desde la vejiga hacia los riñones.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas varían según la edad.
Los bebés y los niños pueden experimentar:
- fiebre superior a 38,5°C
- retraso en el crecimiento y falta de apetito;
- vómitos;
- diarrea;
- tez grisácea o amarillenta;
- irritabilidad intensa;
- somnolencia constante.
Para un niño, los síntomas pueden ser:
- dolor o ardor al orinar;
- necesidad frecuente de orinar con una pequeña cantidad de orina;
- pérdida involuntaria e inconsciente de orina durante el sueño (enuresis).
Si se sospecha de una infección, se debe realizar un análisis de orina con un cultivo de orina para evaluar la presencia real de bacterias y el número y tipo de bacterias detectadas.
Un niño tiene una infección del tracto urinario si tiene al menos un síntoma y un análisis de orina positivo al mismo tiempo.
¿Cómo se diagnostica?
La infección es una indicación de un problema anatómico-funcional del aparato urinario. Por lo tanto, una vez diagnosticada la enfermedad, es necesario realizar otras investigaciones, como por ejemplo:
- ecografía del aparato urinario, para evaluar la presencia de cualquier anomalía anatómica;
- si se presentan anomalías anatómicas, una visita especializada al urólogo pediátrico para valorar cualquier otra investigación;
- cistouretrografía urinaria, indicada sólo en casos seleccionados y cuando se sospecha de reflujo vesicoureteral. Consiste en la colocación de una sonda vesical, el llenado de la vejiga con un medio de contraste y la realización de algunas radiografías mientras se llena y se vacía la vejiga. Es un examen que se realiza de forma ambulatoria y permite estudiar la anatomía y el funcionamiento de la vejiga y la uretra.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Por lo general, cuando la infección afecta a las vías urinarias bajas (vejiga y uretra), el niño no se lleva al hospital, y el tratamiento consiste en una terapia farmacológica.
Si la infección afecta a las vías urinarias superiores (riñón y uréter), puede ser necesario hospitalizar al paciente.
Si la infección se debe a anomalías anatómicas del tracto urinario, se requiere la corrección quirúrgica de la anomalía.
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