Tratamiento quirúrgico de la sordera: implantación coclear y prótesis implantables
¿Qué es?
El implante coclear es un dispositivo que se inserta en el oído interno mediante una intervención quirúrgica y que permite oír incluso en casos de sordera severa, ya que no amplifica el volumen del sonido como hacen las prótesis tradicionales, sino que estimula directamente el nervio auditivo, obviando por completo la transmisión del sonido desde el oído medio y la cóclea. Por tanto, el implante coclear no es una prótesis, sino un "oído biónico".
¿Cuándo está indicado este procedimiento?
La pérdida de audición es una disminución de la capacidad de oír y puede estar causada por diversas enfermedades y afecciones.
La pérdida de audición puede ser de los tipos siguientes
- Transmisiva, es decir, debida a una mala conducción del sonido por el oído externo y medio (tímpano y cadena osicular): tapones de cerumen, otitis agudas y crónicas, otosclerosis, etc;
- Neurosensorial, causada por patologías que afectan a las partes "nobles" de la audición (cóclea y nervio acústico): presbiacusia, pérdida súbita de la audición, enfermedad de Meniere, neurinoma del acústico, meningitis, traumatismos, fármacos ototóxicos, complicaciones de otitis, enfermedades genéticas y autoinmunes, etc.
En general, mientras que la pérdida de audición transmisiva puede tratarse con fármacos o con cirugía para recuperar una buena audición, la pérdida de audición neurosensorial puede tratarse con diferentes tipos de audífonos.
Hasta una determinada pérdida auditiva, se puede utilizar un audífono convencional. Un audífono es un instrumento que utiliza un micrófono, que capta el sonido, lo amplifica (aumenta el volumen) y envía el sonido amplificado al oído a través de un pequeño altavoz. Existen diferentes tipos y modelos de audífonos: se llevan detrás de la oreja (behind-the-ear) o dentro del canal auditivo (in-the-ear) y tienen diferentes características y grados de "potencia". Sin embargo, todos ellos tienen un límite en la amplificación de la señal, es decir, funcionan hasta un determinado grado de sordera: cuanto más tenga que aumentar el volumen el audífono, más se distorsionará el sonido, más pobre será la calidad del mismo y, por tanto, no se entenderá nada ("oigo algo de ruido, pero no entiendo las palabras").
En este punto, cuando la pérdida de audición es "severa/profunda" (o cuando los audífonos ya no ofrecen ninguna "ganancia" de audición), desde hace algunos años es posible intervenir con una prótesis especial: el implante coclear.
¿Cómo se realiza?
El implante consta básicamente de 2 partes:
Parte externa:
- Procesador [1]: es similar a un audífono, se lleva detrás de la oreja, contiene la pila y los micrófonos que captan los sonidos;
- Bobina [2]: es un imán conectado por un pequeño cable al procesador y sirve para que la parte externa se comunique con la interna;
Parte interna:
- El sistema real [3], que codifica los sonidos transmitidos por el procesador y los convierte en estímulos eléctricos;
- Array [4]: una serie de electrodos que se insertan directamente en la cóclea para estimular eléctricamente el nervio auditivo; el impulso eléctrico se convierte en un impulso nervioso y de ahí el impulso llega al cerebro que interpreta el sonido como una sensación auditiva, con toda su carga de información.
Recuperación
Después de la cirugía, el implante no será funcional. El implante se activará 3-4 días después de la cirugía.
Cuando se enciende el implante, los pacientes suelen ser incapaces de entender todo lo que oyen. Para conseguir una buena recuperación de la audición será necesario que el paciente siga un programa de rehabilitación logopédica en el hospital y que practique en casa, siguiendo las instrucciones del logopeda.
Con el uso continuado del implante y las posteriores sesiones de logopedia y mapeo, el rendimiento del implante aumenta semana a semana a medida que mejora el reconocimiento de los sonidos y los ruidos.
La rehabilitación logopédica en adultos se realiza inicialmente con 3 sesiones semanales de aproximadamente una hora por sesión. A medida que se obtienen resultados, se reduce la frecuencia de las sesiones. En general, el proceso de rehabilitación dura entre 4 y 6 meses. La velocidad de aprendizaje es variable y depende de muchos factores, en particular de la voluntad y el estado psicológico del paciente.
Durante el periodo de rehabilitación, el paciente debe someterse a continuos ajustes, conocidos como "mapeo", del implante coclear. Los ajustes se realizan en distintos grados a lo largo del tiempo para adaptar la percepción auditiva a las necesidades de cada persona. El mapeo y la adaptación pueden llevarse a cabo en un hospital o a través de la telemedicina.
En el caso de los pacientes extranjeros, la asistencia del logopeda, la rehabilitación y el mapeo también están garantizados en el país de origen. El equipo quirúrgico se pondrá en contacto con los países de origen para asegurarse de que esto es posible. Además, la logopedia también puede realizarse en el Hospital San Raffaele, a través de un mediador cultural, aunque sigue siendo preferible realizarla en el país de origen.
Complicaciones a corto plazo
La cirugía se realiza bajo anestesia general, por lo que debe realizarse una valoración por parte del anestesista para comprobar el estado general (comorbilidades y otras patologías, fármacos utilizados habitualmente, función cardiopulmonar, etc.).
Las complicaciones más comunes (aunque generalmente raras) son: hemorragia, parálisis temporal del nervio facial, disgeusia (alteración del gusto).
Para minimizar los riesgos y las complicaciones, se utiliza la monitorización del nervio facial durante la cirugía y al final de la operación, antes de que el paciente se despierte, se realizan pruebas electrofisiológicas para evaluar la correcta colocación y funcionamiento del implante.
Además, en el postoperatorio el paciente se somete a una TC del oído.
¿Dónde lo tratamos?
Nuestros departamentos
¿Está interesado en recibir tratamiento?