Colocación de prótesis de pene
¿Qué es?
La colocación de prótesis de pene se produce en casos de disfunción eréctil que no responden a otros tratamientos y en casos de desviaciones del cuerpo del pene (por ejemplo, la enfermedad de La Peyronie) con disfunción eréctil concomitante, y consiste en la inserción de una prótesis en el interior del cuerpo del pene para favorecer a la penetración.
¿Cuándo está indicado este procedimiento?
Una prótesis de pene es un dispositivo médico que se implanta mediante un procedimiento quirúrgico en pacientes con déficits orgánicos de erección que no responden al tratamiento farmacológico oral o intracavernoso. Las prótesis también pueden utilizarse para corregir anomalías congénitas o adquiridas del pene, como las desviaciones o la enfermedad de La Peyronie, y como apoyo en la conversión ginecológica. La cirugía de implante de prótesis de pene no altera la turgencia del glande, la sensibilidad del pene ni la función orgásmica.
¿Cómo se realiza?
Los dispositivos pueden subdividirse, según sus criterios de construcción y funcionamiento, en dos grandes categorías: no hidráulicos e hidráulicos. Las prótesis no hidráulicas, también conocidas como prótesis semirrígidas, incluyen prótesis blandas, maleables y mecánicas (ahora poco utilizadas). Las prótesis hidráulicas se subdividen, según el diseño y la construcción del mecanismo de inflado, en modelos de un componente (ya no se utilizan), de dos componentes y de tres componentes. Tanto las prótesis maleables como las mecánicas consisten en un cuerpo de silicona con una estructura de soporte moldeable en su interior, el paciente puede colocar el pene en cualquier dirección simplemente doblando el implante protésico, simulando así la erección y la detumescencia. El modelo maleable se fabrica con un núcleo extremadamente dúctil de hilos de acero o plata entrelazados o dispuestos en espiral. El modelo mecánico, en cambio, tiene una estructura longitudinal dentro del cuerpo de silicona que consiste en segmentos de polietileno unidos por un cable de acero con resorte y recubiertos de politetrafluoroetileno. Estos dispositivos encuentran su uso ideal en la cirugía de la induratio peneana asociada a la disfunción eréctil con la eliminación de placas tan grandes y extensas que no se pueden utilizar los implantes hidráulicos, y en pacientes con destreza manual reducida que, por tanto, no pueden activar los implantes hidráulicos. Las ventajas de las prótesis semirrígidas son, además de la facilidad de manejo por parte del paciente, una tasa de fallos muy baja, una buena capacidad de penetración, unos costes relativamente bajos y unos tiempos de intervención extremadamente cortos. Las desventajas son la simulación imperfecta de la detumescencia del pene, que permanece en posición semihorizontal y siempre con la misma longitud, y la falta de sensación subjetiva de erección. Para compensar estos inconvenientes, se prefieren las prótesis hidráulicas, que son las más utilizadas. Se dividen en bicomponentes y tricomponentes. Los primeros consisten en dos cilindros inflables que se ajustan al interior de los dos cuerpos cavernosos y un tanque-bomba colocado en el escroto. Los tricomponentes también tienen un depósito más grande que encaja en el abdomen, en el espacio prevesical. Estas últimas son preferibles porque ofrecen un mejor resultado tanto desde el punto de vista estético como funcional, ofreciendo una perfecta ocultación tanto cuando el pene está erecto como flácido, también en virtud de que la implantación se realiza a través de una pequeña incisión escrotal o suprapúbica que queda perfectamente camuflada. En las prótesis hidráulicas, ya sean bicomponentes o tricomponentes, la erección mecánica se consigue mediante la activación de la bomba, situada en el escroto, que transporta el líquido (solución salina) desde el depósito hasta los cilindros situados en los dos cuerpos cavernosos, que entonces se vuelven rígidos y permanecen así hasta que se destensan, activándose mediante la presión de una microválvula situada en la propia bomba a nivel escrotal. La intervención quirúrgica, técnicamente poco exigente, se realiza bajo anestesia espinal o general. El paciente suele salir del quirófano con un vendaje de compresión y una sonda vesical.
Recuperación
La implantación de la prótesis de pene requiere una media de una noche de estancia en el hospital. A la mañana siguiente, se retirará la sonda urinaria y se colocará el apósito, y a continuación se dará el alta. Después de tres días de reposo, se podrán retomar las actividades cotidianas, evitando cualquier tipo de esfuerzo durante al menos tres semanas. El dolor postoperatorio se contiene, y en todo caso se reduce, con el uso de los fármacos antiflogísticos y antitálgicos que indique el médico en el momento del alta.
Complicaciones a corto plazo
Las principales complicaciones son las infecciones de las prótesis, fallos mecánicos, disuria, mal funcionamiento, aneyaculación, trastornos de la sensibilidad, dolor postoperatorio y dislocación de los componentes.
Complicaciones de larga duración
Las principales complicaciones a largo plazo, que en general son raras (<5% de los pacientes), son el fallo mecánico y la deposición de uno de los componentes, y a menudo requieren una segunda operación.
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