Litotricia percutánea (LPC)
¿Qué es?
Según las directrices de la Asociación Europea de Urología (EAU), la litotricia percutánea (LPC) es el procedimiento de elección para los cálculos renales grandes.
¿Cuándo está indicado este procedimiento?
La nefrolitotomía percutánea suele ofrecerse a pacientes con cálculos renales voluminosos y complejos, en los que un abordaje endoscópico retrógrado puro no garantizaría un buen resultado en cuanto a la eliminación completa de la masa litiásica.
En particular, es el procedimiento preferido para los cálculos renales de más de 2 cm, mientras que es menos relevante para los cálculos renales más pequeños.
¿Cómo se realiza?
Esta técnica permite el acceso directo a las cavidades intrarrenales y al cálculo mediante la punción del riñón y la creación de un conducto entre la piel y el parénquima renal. Una vez creado el acceso a las cavidades intrarrenales, se realiza una dilatación del conducto (hasta 1 cm de diámetro máximo), que permite la inserción del instrumental operativo, es decir, el nefroscopio, para navegar por el interior de las cavidades renales en busca del cálculo, y luego las sondas de litotricia (balística, ultrasónica, láser de Holmio), para fragmentar el cálculo y luego extraer los fragmentos restantes con pinzas y cestas.
En los últimos años se han desarrollado instrumentos quirúrgicos muy pequeños que actúan a través de un vaso muy pequeño (unos 3-5 mm) y permiten realizar la llamada mini-LP, limitando el riesgo de complicaciones y hemorragias con tasas de éxito comparables pero al precio y una duración superior de intervención. La elección de la técnica que se va a utilizar siempre se acuerda y se comparte con el paciente antes de la cirugía, tras un cuidadoso análisis de cada caso individual. La operación se realiza bajo anestesia general, y el paciente puede estar en posición prona o supina según las necesidades y características de la operación.
Recuperación
La estancia media en el hospital tras la litotricia percutánea es de unos 3-4 días, y depende del estado general del paciente y de la complejidad del procedimiento, y la reincorporación total al trabajo suele producirse al cabo de una semana.
Complicaciones a corto plazo
Como cualquier cirugía, la nefrolitotomía percutánea también está asociada, aunque en un porcentaje limitado, a complicaciones.
Los datos de la literatura muestran que pueden producirse fiebre (10,8%), necesidad de transfusiones (7%), lesión pleural (1,5%), infecciones sistémicas (sepsis, 0,3-4,7%), lesión de órganos adyacentes (colon, hígado, bazo - 0,4%), necesidad de embolizar fuentes de hemorragia renal (0,4%) y mortalidad perioperatoria (0,05%).
Complicaciones de larga duración
La reducción de la función renal puede ser una complicación a largo plazo, especialmente si es necesario embolizar los vasos arteriales del parénquima renal debido a una hemorragia postoperatoria que no se resuelve espontáneamente.
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