Cáncer de próstata
¿Qué es?
La neoplasia de próstata es actualmente la neoplasia sólida más frecuente en los hombres, constituye alrededor del 15% de todas las neoplasias masculinas y es la segunda causa más frecuente de muerte por cáncer en los hombres, después del cáncer de pulmón. El grupo de edad más afectado es el de los hombres mayores de 65 años. El principal factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de próstata es la edad; además, hay otros factores importantes, como los antecedentes familiares, la dieta (la ingesta elevada de vitamina E, licopeno y ácidos grasos omega-3 parecen ser factores de protección), la raza (los hombres afroamericanos tienen un mayor riesgo de padecer cáncer) y el estilo de vida. Una proporción no despreciable de pacientes parece tener un claro patrón hereditario. En los últimos años, los estudios sobre el genoma humano han demostrado que determinadas alteraciones genéticas (véase las mutaciones en el gen BRCA 2) parecen estar asociadas a una mayor incidencia de la neoplasia de próstata, a una edad más temprana de aparición y a una enfermedad más agresiva. De hecho, en nuestro instituto disponemos de pruebas genéticas, que se realizan sobre muestras de saliva y sangre, destinadas a identificar precisamente a este subgrupo de pacientes; de manera que puedan recibir un adecuado asesoramiento genético para proponerles un tratamiento personalizado adecuado.
¿Cuáles son los síntomas?
El cáncer de próstata es una enfermedad asintomática en la mayoría de los casos y su diagnóstico es frecuentemente incidental. Los posibles síntomas son los relacionados con la progresión local o sistémica de la enfermedad con hematuria, retención urinaria aguda, dolor óseo, insuficiencia renal.
¿Cómo se diagnostica?
Por este motivo, el cribado de la neoplasia de próstata basado en la medición del valor sanguíneo del PSA (el antígeno prostático específico) y la exploración rectal (un procedimiento mínimamente invasivo que permite evaluar el tamaño, la forma y la consistencia de la próstata) ha cobrado importancia. Actualmente no existen protocolos de cribado aprobados en Italia; sin embargo, las directrices más recientes sugieren una medición del PSA a la edad de 50 años o antes en pacientes considerados de riesgo (por ejemplo, raza afroamericana, antecedentes familiares y herencia genética), en la que basa el momento de los controles posteriores de los valores de PSA en sangre. Por lo tanto, el valor del PSA debe interpretarse individualmente en función de los antecedentes clínicos y familiares del individuo, ya que no existe un valor "normal" real. Sin embargo, un valor elevado de PSA no es suficiente para diagnosticar una neoplasia de próstata, ya que hay muchas afecciones distintas del cáncer que provocan una alteración del PSA; por este motivo, es necesario someterse a exámenes diagnósticos más invasivos, el principal de los cuales es la biopsia de próstata bajo control ecográfico. Con este se obtienen muestras de tejido de la próstata a través de las cuales se puede determinar la presencia de células cancerosas dentro de la glándula. En los últimos años se ha generalizado en la práctica clínica el uso de la Resonancia Multiparamétrica de próstata que, mediante secuencias específicas, permite estudiar el parénquima prostático y estimar la probabilidad en sentido neoplásico de las nodularidades presentes en el parénquima prostático asignando una puntuación a cada una de ellas (PIRADS SCORE). El uso de esta última técnica permite entonces, mediante el uso de un software específico, realizar una toma de muestras de biopsia dirigida en esas zonas sospechosas; superponiendo las imágenes previamente realizadas en Resonancia Magnética con las realizadas en tiempo real en ecografía durante el procedimiento de biopsia, realizando así la Fusión de Biopsias.
Exámenes sugeridos
¿Cómo se trata?
Actualmente hay muchos tratamientos disponibles para el cáncer de próstata, y la elección del tratamiento se basa en las características del paciente y de la propia enfermedad. Entre las diferentes opciones de tratamiento se encuentran: la observación sin tratamiento, la cirugía ("abierta" o laparoscópica o robótica), la radioterapia, los ultrasonidos focalizados de alta intensidad HIFU, la criocirugía, la terapia hormonal, la quimioterapia o una combinación de éstas. El tratamiento estándar de la neoplasia de próstata, en pacientes con una esperanza de vida de más de 10 años, es la cirugía, que consiste en la extirpación completa de la próstata, las vesículas seminales y, posiblemente, los ganglios linfáticos loco-regionales. El objetivo de la cirugía es la erradicación completa de la enfermedad, preservando al máximo la continencia urinaria y la función eréctil. Las modernas técnicas de cirugía con preservación de los nervios implicados en la erección permiten recuperar tanto la continencia urinaria como la función eréctil en la mayoría de los pacientes.
La radioterapia encuentra aplicaciones en cualquier fase del tratamiento del cáncer de próstata, desde las formas más tempranas hasta las metastásicas. Representa una alternativa terapéutica eficaz a la cirugía, con resultados comparables o superiores a los del tratamiento quirúrgico, con un perfil de toxicidad favorable. Se pueden utilizar diferentes técnicas en función de la indicación clínica: Tratamientos moderadamente hipofraccionados con Tomoterapia en 28 sesiones en el caso de que sea necesario irradiar las zonas ganglionares pélvicas además de la glándula prostática; tratamientos estereotáxicos hipofraccionados con Cyberknife o Tomoterapia en 4-5 sesiones cuando el objetivo está representado únicamente por la glándula prostática. En breve se pondrá en marcha un protocolo para irradiar la próstata en una sola sesión con fines curativos. En series de nuestros pacientes sometidos a tratamiento de intención radical en riesgo intermedio desfavorable, alto y muy alto, la supervivencia bioquímica libre de enfermedad a los 5 y a los 10 años es del 94% y del 87,8%, respectivamente.
Las otras alternativas terapéuticas mencionadas anteriormente conservan su papel en los distintos escenarios clínicos posibles, por lo que el tratamiento de un paciente con cáncer de próstata suele ser interdisciplinario.
Procedimientos sugeridos
¿Dónde lo tratamos?
¿Está interesado en recibir tratamiento?